Consejos y estrategias para mejorar tu físico y tu estilo de vida mediante el entrenamiento y la alimentación. Soy Luis Carballo y en este podcast te mostraré todos los aspectos que debes conocer para devolverle a tu cuerpo la vitalidad que se merece. Si quieres descubrir el verdadero significado del fitness, únete a las ondas de Fitness en la Nube.
Decía Napoleón Hill que para poder estar sano, primero era necesario entender qué es la salud.
Y para mi la salud no es algo garantizado.
No es como una camisa, que la tienes dentro de tu armario y es tuya.
La salud es un estado metabólico que se gana o se pierde con las decisiones que tú tomas cada día.
Y cuando estas decisiones se repiten a lo largo del tiempo, se convierten en un hábito.
Que algo sea un hábito no significa necesariamente que sea bueno para tu salud. Solo significa que es algo que has repetido tantas veces, que lo haces de forma automática, sin pensar.
Por eso, si quieres tener una buena salud, debes tomar ciertas decisiones.
Y repetir esas mismas decisiones constantemente.
Eso es lo que separa a la gente que tiene una buena salud y la gente que no la tiene.
Es una cuestión de decisiones y tiempo.
Y si tú quieres tener una mejor salud que el 98% de la gente que te rodea, puedo decirte cuáles son algunas de esas decisiones que te harán ser parte del otro 2%.
0 Alcohol.
Aunque solamente bebas un par de vasos de vino a la semana, el alcohol sigue siendo una sustancia tóxica.
A mi no me mires, yo solo soy el mensajero.
Entrena con pesas (de forma intensa) al menos 3 veces por semana.
Esto te ayudará a ganar más masa muscular, fortalecer tus huesos y mejorar tu salud cerebral.
Controla tu entorno.
El entorno que te rodea incluye la comida que tienes en tu casa, las relaciones que tienes e incluso la rutina que tienes en tu día a día.
Prioriza tu descanso.
El ser humano es la única criatura del mundo que sacrifica intencionadamente su descanso por hacer cosas mucho más ridículas (ver la tele, las redes sociales…)
No dejes nunca de aprender.
Cuanto más aprendes de algo, te das cuenta que menos sabes.
Por eso te mando estos emails cada día, porque me obligo a aprender y quiero que tengas presente, que si no tienes la salud o la forma física que tú quieres, es solamente porque no has tomado las decisiones necesarias para conseguir eso.
Y si quieres que yo te analice cómo te ha ido con las decisiones que has tomado hasta ahora y qué decisiones deberías cambiar a partir de hoy para optimizar tu estilo de vida, puedes hacer una auditoría metabólica.
Te diré todo lo que necesitas saber sobre tu estilo de vida actual, y sobre todo, los pasos que debes dar para mejorarlo.
Cuando le dices a la gente que la tensión ideal se encuentra en 115/75, se echan las manos a la cabeza.
No significa que esa deba ser la tensión que debes obtener.
Lo que significa es que es la tensión ideal. Es decir, a partir de aquí, cuanta más desviación haya, en más problemas puedes incurrir.
Las investigaciones dicen literalmente:
Un incremento de 20 mm hg (milímetros de mercurio) en la presión sistólica o 10 mm en la presión diastólica dobla el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
Otro estudio dice que:
El 68% de toda la mortalidad atribuida a la elevada presión sanguínea ocurre con presión sistólica entre 120 y 140 y diastólica debajo de 90.
Una tensión arterial «alta» (es decir, que se justifique tratamiento) se considera precisamente por encima de 140/90.
Lo llamativo es que las estimaciones dicen que el 30% de la población está por encima de esa cifra.
Una cifra que entre 1990 y 2019 se ha visto duplicada.
¿La razón?
Principalmente el sobrepeso.
Esto significa que si quieres mejorar tu tensión arterial, perder peso es la primera misión que tienes.
Ya sabes… Mejorar tu dieta y planificar tu actividad física.
El segundo punto que deberías abordar sería el descanso nocturno.
La falta de sueño es uno de los marcadores más importantes que afectan a la tensión arterial.
Mucho más cuando lo combinas con sobrepeso porque más que probablemente estés generando una apnea del sueño (y eso dispara la tensión arterial).
Puede que pienses que con la «pastilla de la tensión» que te manda el médico es suficiente.
Pero esos fármacos solo atacan los síntomas, pero no la causa.
Y la causa de que tu tensión arterial esté por las nubes no es la falta de ese fármaco. Es un estilo de vida mal gestionado.
Por eso es importante, no solamente cuidar de tu alimentación para que puedas perder peso, sino para que esa alimentación te sirva para solucionar las causas que te están provocando ese problema.
Te pongo un ejemplo:
El consumo adecuado de potasio es importante para relajar los vasos sanguíneos. Por eso incluir en tu alimentación espinacas, patatas, frutas es extremadamente importante.
¿Estás teniendo ese consumo adecuado?
El magnesio también ayuda. Espinacas, almendras, yogur… ¿Consumes suficiente magnesio?
El calcio es otro mineral importante que su absorción además está condicionada por la vitamina D.
Es decir, tu alimentación, tu descanso y tu estilo de vida en general, son las variables más potentes que tienes para reducir tu tensión arterial.
Por eso en mi academia, cuando tocas las teclas adecuadas, y sigues el plan de trabajo todos estos problemas mejoran una barbaridad o incluso se llegan a solucionar por completo.
No te lo digo para que te apuntes, porque de hecho, ahora mismo no puedes hacerlo porque las plazas están cerradas (aunque se abrirán dentro de muy poco).
Te lo digo para que seas consciente de que las decisiones que tomas en tu día a día son las que te hacen esclavo de una medicación que solamente esconde el problema real debajo de la alfombra.
Pero llegará un momento en que la alfombra no pueda esconder más porquería.
Así que tú decides cómo actuar a partir de ahora.
Yo por mi parte, puedo ayudarte a evaluar tu estilo de vida haciéndote una auditoría metabólica.
Te diré sin tapujos cuáles son las cosas en las que necesitas trabajar para que toda tu situación mejore (y bastante).
Son las últimas auditorías que voy a hacer, ya no tengo más tiempo para hacer más. Probablemente a finales de esta semana las cierre por el momento.
Así que si quieres que te revise tu estilo de vida, haz clic en el enlace de arriba.
Uno de los cuentos más tristes y pesimistas de toda la historia es el cuento de la lechera.
Seguro que lo conoces.
El cuento de la lechera habla de una mujer que iba al mercado con un cántaro de leche e iba pensando en todo lo que iba a hacer con el dinero que le dieran por la leche.
Iba a comprar huevos, criar gallinas, vender las gallinas, luego comprar un cerdo, criarlo, venderlo etc.
Era un buen plan, pero a veces los planes no salen como nosotros esperamos.
Resulta que mientras iba al mercado con la leche, se tropezó y se le vertió toda la leche.
Adiós a los huevos, a las gallinas y a todo lo demás.
Y ya está, ese es el final.
Este es el peor cuento que se le cuenta a los niños porque la moraleja es que si tu plan fracasa, ese es el final.
Pero no es el final, solo es la realidad.
¿Cuántas veces se interpone la vida en algo que tenías perfectamente planeado?
La vida es, por naturaleza muy caótica e impredecible.
Solo tienes que mirar cómo funciona la naturaleza.
En estos momentos hay gente terriblemente afectada especialmente en la zona de Valencia (España) debido precisamente a esta fuerza inquebrantable de la naturaleza.
A eso y a la incompetencia aberrante de unos gobernantes inútiles y caraduras.
Pero volviendo al tema, las complicaciones son cosas que pasan, y que no pasan cuando nosotros queremos o de la forma que queremos.
Pasan y ya está.
Ahora todo el mundo quiere seguir un plan.
Tener todo planificado al milímetro.
Como la lechera.
Pero, ¿Qué pasa si te tropiezas? ¿Qué pasa si las cosas no salen como esperabas?
La mejor habilidad que puedes aprender, no es seguir un plan, es la habilidad para ajustar el plan.
Eso es lo que te da confianza ante la presión y te hace ser mejor.
Las respuestas mecánicas no hacen eso.
Todo el mundo últimamente es extremadamente rígido y tiene una excesiva confianza en «sus planes», pero a veces tienes que poner el plan a un lado y confiar en tus instintos.
El problema es que cuando la gente quiere confiar en sus instintos, se dan cuenta de que no pueden hacerlo porque les falta práctica.
Si eres un escritor y quieres publicar un libro, estarás escribiendo cada día. Esa es la práctica.
Puede que un día no te funcione el ordenador y tengas que ajustar tu plan y escribir a mano, pero al final, sigues haciendo girar la rueda de la práctica.
Si lo que quieres es mejorar tu composición corporal y cuando vas al gimnasio la máquina del ejercicio que tienes que hacer está rota, tendrás que ajustar tu plan y hacer otro ejercicio en lugar de ese que tenías planeado.
Cuantos más entrenamientos hayas hecho, más práctica tendrás y más capacidad tendrás para escoger un ejercicio alternativo que sea adecuado.
Y eso es gracias a la práctica, no al plan.
Los planes son una herramienta importante, pero solo hasta donde hayas agudizado tus instintos, y eso sucede a través de la práctica.
A todos nos encanta que los planes salgan bien, ya lo decía Hannibal del Equipo A, pero lo cierto es que casi nunca sucede así.
Siempre hay contratiempos y cuanto más agudices tus sentidos para flexibilizar tu plan, más podrás avanzar.
Y eso es gracias a la práctica.
Cuantos más entrenamientos hagas.
Cuantas más comidas saludables consumas.
Cuantas más horas de sueño diarias tengas.
Cuanto más hidratado te mantengas.
Todo esto te hace acumular práctica. Sin la práctica, no hay ningún plan que valga.
No vuelvas a creer en el cuento de la lechera.
Cuantas más veces vayas al mercado, mejor conocerás el camino y menos veces tropezarás.
Pero el cuento no puede terminar con un cántaro roto y la leche derramada por el suelo.
Es la peor enseñanza que puedes darle a tus hijos.
Y bueno, una de las mejores cosas que puedes enseñarles a tus hijos es mostrarles el valor de la práctica y no solo del plan.
Y si quieres descubrir cuál es el mejor plan posible para ti, puedes hacer una auditoría metabólica para saber cuáles son tus mayores prioridades y que puedas afrontarlas de la manera más eficiente posible.
Demuéstrale a tus hijos que el cuento de la lechera está equivocado y conviértete en un ejemplo para ellos a través de la práctica. Te aseguro que cada vez te tropezarás menos
Mira, una de las cosas que siempre se dice es que «para gustos, los colores».
Esto significa que hay gente que le gustan unas cosas y gente que le gustan otras.
Pero eso es lo que se dice, porque luego cuando a ti no te gusta una cosa que a los demás si, te intentan convencer de que te guste a ti también.
A mi me pasa siempre con las películas de terror.
No me gustan nada, nunca me han gustado.
Y durante toda mi vida, he escuchado continuamente bromas y burlas simpáticas sobre esto.
Que si soy un cagao, que si es que me dan miedo, que si tal y que si cual.
Se ve que lo de «para gustos, los colores», solo vale cuando tus gustos son los mismos que los de la otra persona.
Lo que me parece irónico es que casi todo el mundo va al cine a pasar miedo, cuando lo que les debería dar miedo de verdad es su vida real.
Y eso es lo que a mi me aterroriza.
Que suene el despertador a las 7 de la mañana
Pulsar el botón «posponer» del despertador 3 o 4 veces
Café para «ser persona».
Atasco camino al trabajo
8 horas en un trabajo que odio
Atasco camino a casa… otra vez
Discutir con mi pareja que se ha convertido más bien en una compañera de piso que en mi pareja.
Ver la tele hasta caer rendido en el sofá.
Repetir.
Eso es lo que realmente me da miedo.
Me da miedo que llegado el momento mire atrás y piense: «Joder, ojalá me hubiera esforzado más».
Te aseguro que si me arrepiento de algo, no será de no haber visto suficientes pelis de miedo.
Al final, si esperas mucho para ti, deberías esperar mucho de ti.
Por eso cada día me esfuerzo en ser mejor que ayer.
Y por eso creo que tú también deberías hacerlo.
Porque da igual que te gusten o no las pelis de miedo, lo que importa es cómo enfoques el miedo en la vida real.
Para ilustrártelo un poco mejor, voy a compartir contigo este poema de Kahil Gibran:
«Se dice que el río antes de entrar al mar tiembla de miedo.
Mira hacia atrás a todo el camino que ha transitado.
Desde las cimas de las montañas hasta el largo y sinuoso camino atravesando bosques y pueblos.
Y delante de él, ve un vasto océano, que al entrar parece que todo vaya a desaparecer para siempre.
Pero no hay otro camino.
El río no puede ir hacia atrás.
Nadie puede ir hacia atrás.
Volver hacia atrás es imposible.
El río tiene que asumir el riesgo de adentrarse en el mar. Solo así el miedo desaparecerá porque ahí es donde el río sabrá que no se trata de desaparecer en el océano, sino de convertirse en el océano.
Sea como sea, yo me dedico a ayudar a gente como tú a mejorar su forma física y su estilo de vida.
Y si no tienes la certeza de que pueda ayudarte, puedes contratar una auditoría metabólica para comprobar todas las áreas que puedes mejorar.
Cuesta lo mismo que lo que te gastarías una tarde en el cine.
Y si la quieres contratar, la contratas desde aquí abajo:
Según parece, la mayoría de los actores de Hollywood fueron camareros antes que actores.
En todas sus entrevistas tienen anécdotas graciosas o simplemente curiosas sobre sus primeros trabajos.
Todos hemos tenido un primer trabajo.
El mío fue en un almacén.
Un trabajo de verano que se acabó convirtiendo en un trabajo de veranos.
Creo que 9 en total.
Llevando y trayendo cajas.
Un trabajo muy poco cualificado y aún así el sueldo era bastante decente.
Lo curioso de esa época es que en lugar de trabajar en un almacén, parecía que estaba trabajando para el Real Madrid.
Todo el que entraba, salía con un Audi.
Ese era el primer impulso que tenían casi todos mis compañeros.
Hipotecar el sueldo de 2 años para que unas cuantas cabezas se giraran para ver su coche en la calle.
Para mi nunca fue una decisión inteligente.
Aunque puede que yo fuera el menos inteligente, qué sabe nadie.
El caso es que nunca he encontrado ese valor en un coche de alta gama.
Si te pido que califiques del 1 al 10 tus últimas vacaciones, estoy seguro que el coche en el que hayas viajado no tendrá apenas relevancia.
Da igual que te hayas ido en un Ferrari o en un Seat Panda.
Psicológicamente, nos lleva alrededor de 3 meses aburrirnos de cualquier compra que hagamos.
Eso es algo que a mi me hace pensar…
La gente se pasa toda su vida trabajando en trabajos que odian para poder permitirse comprar cosas de las que se aburrirán en 3 meses y así repetir el ciclo.
Mis compañeros se pensaban que tenían un buen coche, pero resulta que el coche les tenía a ellos.
Por eso yo prefería invertir el dinero en otros sitios.
Libros
Cursos
Viajes
Y si, también algún capricho.
Pero la moraleja de todo esto es compra menos, experimenta más.
Sin embargo, eso va en contra de lo que te han inculcado desde que ibas al colegio.
Te han dicho que estudies, que vayas a la universidad, que cuando tengas un título universitario las empresas se pelearán por ti para que absorban 1/3 de tu vida a cambio de una nómina.
Te han dicho que te cases, que te compres una casa y un buen coche.
O como mínimo, uno un poco mejor que el de tu cuñado.
Que te arrastres de lunes a viernes por un trabajo que odias y que uses el fin de semana para intentar escapar de esa realidad.
Pero date prisa, porque el lunes está aquí a la vuelta otra vez.
Te han dicho muchas cosas y en particular, hay 3 mentiras capitales de las que necesitas liberarte, no solamente para experimentar mejor la vida, sino para mejorar tu forma física.
Son 3 cadenas que te mantienen preso dentro de esta sociedad.
Y voy a contarte esas mentiras en los próximos 3 días.
De momento, lo único que puedo adelantarte, es que el placer que obtienes al acumular posesiones, no tiene nada que ver con aumentar tu felicidad.
Como dijo Gurwinder Bhogal:
Si todas las posesiones que has acumulado hasta ahora no te han hecho feliz ¿Por qué piensas que las futuras posesiones si que lo harán?
En fin, es posible que pienses que ponerte en forma es excesivamente caro.
Pero no tienes problema en gastar el dinero en la próxima cosa absurda de la que te aburrirás en 3 meses.
Piensa en levantarte cada día, ir al cuarto de baño, mirarte en el espejo antes de lavarte los dientes y realmente sentirte genial contigo mismo.
La forma en que te ves.
La forma en que te sientes.
¿Crees que te cansarás de eso en 3 meses?
Lo dudo mucho.
Mejora tu forma física y no tendrás un Audi, pero tendrás una experiencia que te lo devolverá todo cada día.
Y si quieres que yo te eche una mano, puedes contratar una auditoría metabólica para que te haga una evaluación de tu situación actual y puedas saber qué aspectos debes mejorar con más urgencia.
Una cifra que te debe dar miedo es que 2/3 de la población padece de sobrepeso.
(Y 1/3 de ese tercio tiene obesidad).
Pero lo que asusta realmente es que el otro tercio que no tiene ni sobrepeso ni obesidad puede tener un metabolismo poco saludable.
¿Cómo puedes evaluar tu salud metabólica?
No es una tarea demasiado complicada, solo tienes que tener las herramientas adecuadas.
Por ejemplo, una alta cantidad de grasa en tu cuerpo es un problema bastante serio.
Incluso aunque no parezca que tienes demasiada grasa corporal, la distribución de esa grasa corporal es igual de importante.
Alguien con mucha grasa bajo la piel pero poca grasa visceral, podría tener un mejor estado de salud que alguien con poca grasa bajo la piel pero demasiada grasa visceral.
Fíjate que he dicho «podría».
Utilizo el condicional porque la grasa corporal no es el único factor que afecta a tu salud.
Hay otros como el contorno de tu cintura (muy relacionado con tu % de grasa).
Tus niveles de glucosa en ayunas.
Tu frecuencia cardiaca en reposo.
Tu capacidad física.
Tu tensión arterial…
Si alguno de estos elementos está desajustado, tendrías una salud metabólica comprometida.
Si tuvieras varios, tu cuerpo estaría luchando por sobrevivir cada minuto del día.
El problema es que casi nadie sabe en qué lado de la ecuación se encuentra.
Por eso, a partir de hoy, si te interesa conocer cómo se encuentra tu salud metabólica, puedo realizarte una auditoría metabólica.
Estas auditorías metabólicas llevo años haciéndolas con clientes y por culpa de una historia que ha pasado este fin de semana (que probablemente te contaré otro día), he decidido ofrecerla más allá de mis clientes.
Para cualquier persona que quiera analizar su estado de salud y su condición física actual.
Es muy sencillo, cuando la contratas, solo tienes que rellenar un cuestionario y yo te construiré un panel de control súper sencillo de interpretar, con todos los datos relevantes y las puntuaciones correspondientes.
Además, te grabaré un vídeo con una evaluación de esos datos y te daré mis recomendaciones para optimizar tu metabolismo todo lo que puedas.
Es la primera vez que ofrezco esto fuera del círculo de mis clientes, así que si te interesa, te lo cuento todo aquí abajo:
Hace como 3 años, mientras estaba pasando el covid, recuerdo que, como no tenía demasiado que hacer, me dio por ver toda la saga de Misión Impisoble.
Como te puedes imaginar, yo es que soy bastante simplón con el cine. Sin alardes.
El caso es que hoy quiero compartir contigo 5 lecciones de Misión Imposible que pueden ayudarte a mejorar tu físico.
De hecho, puede que ahora mismo pienses que conseguir un físico más atlético y estético es una misión imposible.
¿Lo pillas? xD
Bueno, empezamos por la primera:
1 Nadie te está obligando a nada
En las películas de Misión Imposible, cuando el protagonista recibe su misión, siempre tiene la opción de escoger hacerla o no.
La frase que siempre se repite es esta:
«Su misión, si decide aceptarla, es bla bla bla»
Al igual que a ti, nadie te está obligando a mejorar tu cuerpo o tu estilo de vida. Es una misión que puedes escoger voluntariamente, y lo que te requiera esa misión, será una consecuencia de tu elección.
Pero es una elección al fin y al cabo, y tú decides si tomarla o no.
2 Siempre debes tener un plan
Por extremadamente fantásticas que sean las películas de Misión Imposible (especialmente las últimas que ya se les va mucho la olla), lo que todas las películas tienen en común, es un plan.
Un plan que casi nunca sale bien, pero es un plan al fin y al cabo.
No se lanzan de frente contra los malos, sino que tienen una estrategia.
Y lo mismo debes aprender tú si quieres mejorar tu cuerpo. Ya sea para evitar un ataque nuclear o para verte en el espejo como te gustaría, necesitas tener un plan.
3 Actitud positiva
Cuando en todas las películas le encargan la misión al equipo, es una misión calificada como imposible.
Les dicen que estarán solos, que si los capturan nadie los ayudará, que no recibirán ningún tipo de apoyo y que su país se desentiende de ellos.
Y Tom Cruise responde con una sonrisa.
Quizás deberías hacer lo mismo.
4 Capacidad de adaptación
Aunque el plan de los protagonistas siempre parece meticulosamente diseñado, al final siempre sale mal. Y es en ese momento cuando necesitan re-orientar el plan para completar la misión.
De la misma manera, aunque tú prepares el plan perfecto para cincelar tu cuerpo como una escultura griega, ten por seguro que surgirán contratiempos, y deberás tener la habilidad de reaccionar para modificar ese plan que habías trazado.
Las cosas no salen siempre como nos gustaría que salieran. De hecho, no suelen salir bien. Por eso necesitas capacidad de adaptación, para poder seguir cumpliendo tu misión.
5 Paciencia
En realidad, en estas películas no se hace mucho uso de la paciencia. Pero la paciencia tuve que tenerla yo para tragarme todas las películas de Misión Imposible.
Y si tú quieres mejorar tu físico, paciencia vas a necesitar.
Así que nada, para finalizar este email, además de estas 5 lecciones, voy a darte lo que todas estas películas tienen: Una misión.
Su misión, si decide aceptarla, es hacer clic en el enlace de abajo y seguir las instrucciones para que consiga eliminar esa grasa que le cuelga cuando se abrocha el pantalón y para que el día de mañana no necesite que un extraño lo levante de la taza del váter. Este mensaje se autodestruirá en 5 segundos.
Programa de Optimización Corporal
Pd: Es broma, no se autodestruirá. Pero lo del váter es verdad.
Entre las fuerzas especiales, es bastante normal practicar el waterboard a modo de hobby.
El waterboard es ese sistema de tortura que aparece en muchas películas, donde te reclinan en una silla, te colocan una toalla en la cara y empiezan a echarte agua sobre la toalla.
Básicamente, esto simula la sensación de ahogarse, por eso es un sistema de tortura que se usa para obtener información del enemigo.
Y varios miembros de las fuerzas especiales lo usan como pasatiempo.
Otra gente prefiere jugar al parchís, pero estos prefieren waterboard.
El compañero te reclina en la silla, te coloca una toalla en la cara y empieza a echarte agua durante varios segundos.
Y cuando termina, el que estaba en la silla se levanta, y lo único que dice es:
-Te toca.
Y así echan la tarde.
Racionalmente podríamos pensar que hacer esto es absurdo y que hay mil formas mejores de pasar el rato.
Pero lo que busca esta gente con el waterboard, no es la sensación de ahogarse.
No es que les guste sentir que se están quedando sin aire en los pulmones.
Lo que pretenden con el waterboard, es desarrollar voluntad humana.
Buscan acostumbrar al cuerpo a un estrés inmenso y sentirse cómodos gestionando ese estrés.
No es un pasatiempo, es un aprendizaje.
¿Sabes a qué me recuerda esto?
Por supuesto, al entrenamiento.
El entrenamiento es exactamente igual que el waterboard. Cada serie somete a tu cuerpo hasta un punto en el que ya no puede más.
Y después de descansar unos segundos, vuelves a hacer otra serie.
Eso es lo que convierte al entrenamiento, en entrenamiento.
El objetivo principal del entrenamiento no es ponerte fuerte, claro que no.
El objetivo principal es que desarrolles voluntad humana y aprendas a tolerar el estrés.
Ponerte fuerte será una consecuencia indirecta, pero la esencia del entrenamiento es esa voluntad.
Cuando haces un ejercicio y llegas exhausto a la repetición número 10, pero la semana que viene consigues llegar a la 15, ¿Qué crees que ha cambiado en una semana?
¿Crees que en una semana el músculo se ha hecho más grande? ¿Crees que te has puesto tan fuerte en tan solo 7 días?
Pues no, no ha pasado nada de esto.
Lo que ha pasado es que le has enseñado a tu cuerpo a convivir con ese estrés, le has enseñado que ese estrés está bien, y que tú puedes con el.
En otras palabras: voluntad humana.
¿De verdad crees que ese aprendizaje desaparecerá cuando salgas del gimnasio?
Claro que no.
El cuerpo no sabe distinguir entre el estrés que le produce quedarse sin oxigeno en los pulmones o quedarse sin oxígeno en los cuádriceps.
De la misma forma, el estrés que se produce cuando haces waterboard o cuando entrenas en el gimnasio, es el mismo que se produce cuando te despiden del trabajo, cuando tu pareja te abandona o cuando se muere un familiar.
Para el cuerpo todo es lo mismo, y reacciona de la misma manera.
Por eso, hacerte fuerte en el gimnasio o aguantar más tiempo de waterboard, es aprender a lidiar con ese estrés fuera del gimnasio o fuera de la sala de tortura.
Por tanto, el entrenamiento no va de músculos, va de voluntad. De la voluntad que deberías estar aprendiendo a construir.
Eso es lo más bonito del entrenamiento.
No son los glúteos.
No son los bíceps.
Es encontrarse cómodo, dentro de la incomodidad.
Es prepararte para lo que te espera ahí fuera.
Así que, si fuera un maestro de waterboard, te diría que te vinieras conmigo a hacer waterboard, pero como lo mío es el entrenamiento con pesas, si quieres aprender a desarrollar la voluntad mediante el trabajo de pesas, aquí abajo tienes mi propuesta:
Durante uno de sus seminarios, Bob Rakowski le hizo una pregunta a la audiencia:
«¿Cómo se produce un huracán?»
Algunos de los que estaban presentes empezaron a dar las posibles causas que originan los huracanes.
¡Bajas presiones!
¡Altas temperaturas del mar!
¡Mucho viento!
Pero Bob Rakowski cortó a su audiencia diciendo:
«Un huracán se produce cuando se dan las condiciones perfectas para que se produzca.
¿Y sabéis cómo se produce un cáncer?
Cuando se dan las condiciones perfectas para que se produzca».
A pesar de eso, casi todos los diagnósticos de cáncer se atribuyen a la mala suerte.
Lo raro es, que parece que hace 150 años, cuando apenas había cáncer entre la población, teníamos mucha más suerte que ahora.
Así que, algo debe de haber cambiado.
Cuando en algunas culturas no tienen ni siquiera una palabra para describir a esta enfermedad por los pocos casos que se producen y en las sociedades modernas 1 de cada 3 personas se van a enfrentar a esta enfermedad, es que algo debe haber diferente.
¿Podría ser el ejercicio físico?
Según parece, aquellos que tienen una mejor condición física tienen una reducción del 11% en las probabilidades de contraer cáncer.
Aunque esta cifra enmascara un poco el hecho de que no todos los cánceres impactan igual.
Para que te hagas una idea:
El ejercicio físico reduce en un 15% el riesgo de padecer cáncer de vesícula.
Un 12-21% en el cáncer de mama.
Un 19% en el cáncer de colon.
Un 20% en el cáncer de endometrio.
Un 21% en el cáncer de esófago.
Un 12% en el cáncer de riñón.
Un 19% en el cáncer de estómago.
Pero a este juego de las probabilidades se puede jugar al revés.
Conforme el ejercicio físico disminuye, aumentan las tasas de sobrepeso y obesidad.
Hasta el punto que la obesidad es la segunda causa prevenible de cáncer, solo superada por el tabaco.
Esto podría ser uno de los mecanismos que expliquen por qué el ejercicio físico tiene una reducción tan significativa en las tasas de cáncer.
Al fin y al cabo, un cáncer se genera cuando las células dañadas se empiezan a reproducir sin control.
Pero todas las células están continuamente replicándose.
Las dañadas y las sanas.
Pero cuando se replican, a veces le sale el pantallazo azul de Windows diciendo que algo ha ido mal.
Esto es bastante habitual, de hecho.
Pero no llega a pasar nada grave porque nuestro sistema inmunitario las neutraliza.
Es decir, muy probablemente a lo largo de nuestra vida estemos generando células cancerígenas que no llegan a progresar gracias al trabajo que hace nuestro sistema inmunitario.
Y el ejercicio es el lubricante perfecto para este sistema inmunitario.
De la misma manera que el sobrepeso y la obesidad son los destructores perfectos del sistema inmunitario.
Al final, la mejor forma de no morir de cáncer, es no generar un cáncer.
Y si ese cáncer se debe a la mala suerte, eso te deja el mismo margen de maniobra que apostar todos tus ahorros en un casino.
Yo me resisto a pensar eso.
Prefiero pensar que es un juego de probabilidades donde tu estilo de vida tiene un peso capital en el diagnóstico de esta y otras enfermedades.
Es una putada tener cáncer, pero también es una putada no haberlo prevenido.
Una correcta alimentación.
Una depurada higiene del sueño.
Un buen programa de entrenamiento para mejorar tu masa muscular.
A eso se le llama prevención y es a lo que yo me dedico.
A que dentro de unos años no te arrepientas de las cosas que sabías que debiste hacer pero que nunca llegaste a hacer.
Y si quieres comenzar este camino de la prevención, puedes inscribirte en mi Programa de Optimización Corporal.
Pd: Solo quedan 3 plazas.
Para diseñar una dieta en condiciones, necesitas manejar 3 elementos.
Proteína, carbohidratos y grasa.
La proteína debe ser relativamente estable (esto lo podemos ver otro día).
Una vez que ya te has quitado de en medio a la proteína, tienes que manipular los carbohidratos y las grasas.
Y esto te permite aplicar 3 enfoques.
Moderado en carbohidratos y moderado en grasa.
Alto en grasas y bajo en carbohidratos.
Alto en carbohidratos y bajo en grasa.
En lo particular, siempre he sido partidario de dietas más altas en carbohidratos.
Pero la ciencia parece tenerlo totalmente claro.
De hecho, hay pocas cuestiones donde la ciencia sea tan clara.
¿Quieres saber la respuesta? Ahí va…
DA IGUAL.
Es decir, tal y como han demostrado decenas de estudios como el de Kevin D. Hall, siempre y cuando las calorías sean iguales, ambos dos enfoques son totalmente válidos.
Esto destruye por completo toda esa teoría de «calcular macronutrientes» y todas esas calculadoras que hay por internet y que te recomiendan los influencers de pacotilla que ves en las redes sociales.
Porque tener un enfoque más alto en grasa o más alto en carbohidratos dependerá exclusivamente de tus preferencias personales.
No tiene ningún sentido que yo te obligue a llevar una dieta alta en carbohidratos si tu prefieres una dieta más alta en grasa.
De igual manera que obligarte a suprimir los carbohidratos es otra pésima estrategia.
Pero entonces… ¿Por qué esta pregunta sigue existiendo? ¿Por qué la gente le sigue teniendo miedo a los carbohidratos, o a la grasa?
Muy sencillo. Esto ocurre porque la gente es inmadura.
Solo la gente que tiene una madurez alimentaria es capaz de llegar a la conclusión de que ambos enfoques funcionan y cada uno puede tener sus ventajas y sus inconvenientes, pero en lo sustancial son prácticamente iguales.
La gente que no tiene esa madurez alimentaria se deja guiar por sus emociones y mira su alimentación como una parte de su personalidad.
Te pongo un ejemplo. Hace una semana escasa recibí este comentario en mi blog:
«Soy keto hace un año, he bajado 20 kilos, me siento súper bien, enérgica ,intento hacer ejercicio 3 o 4 veces por semana.»
Fíjate como empieza la frase:
Soy keto…
No mira. Tú no eres keto.
Tú eres una persona que de todas las opciones de alimentación que existen has decidido alimentarte usando mayoritariamente alimentos ricos en grasa.
Y si te ha funcionado para perder peso, no es porque seas keto, es porque esa selección de alimentos unido a esas 3 o 4 sesiones de ejercicio semanales te han servido para generar un déficit calórico.
Pero te hubiera servido igualmente la otra opción.
Al final, esto es como la ropa que llevas puesta.
La ropa que estás usando hoy sirve exactamente para lo mismo que la ropa que te pusiste ayer.
Pero ayer escogiste una y hoy has escogido otra.
La chaqueta que tienes hoy puesta te quita el frío exactamente igual que cualquier otra que tengas en tu armario. Pero elegiste ponerte esta.
No es que esa chaqueta tenga propiedades místicas. Es solo una chaqueta, que por motivos de estética, de comodidad o simplemente porque te apetecía has decidido ponerte hoy.
Pero cumple la misma función que las otras que se han quedado en el armario.
La dieta es algo parecido.
Pero hasta que no domines realmente la base de una buena alimentación seguirá atrayéndote el discurso dicotómico de A Vs B.
Y para dominar la base de tu alimentación tienes que tomar el control sobre ella.
Eso es lo que yo enseño a hacer.
No me dedico a marear a la gente para que ponga en un altar a los aguacates y tire a la basura las naranjas.
Les enseño a generar un plan de alimentación que cubra sus necesidades de la forma que ellos se encuentren más a gusto.
Y si quieres que te enseñe a hacer eso, te lo enseño dentro de mi Programa de Optimización Corporal.
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