Consejos y estrategias para mejorar tu físico y tu estilo de vida mediante el entrenamiento y la alimentación. Soy Luis Carballo y en este podcast te mostraré todos los aspectos que debes conocer para devolverle a tu cuerpo la vitalidad que se merece. Si quieres descubrir el verdadero significado del fitness, únete a las ondas de Fitness en la Nube.
Los 40 son los nuevos 20.
O eso dicen.
Sin embargo hay mucha gente que se pregunta si con 40 años podría tener un mejor cuerpo que cuando tenía 20.
La verdad que no hay una respuesta absoluta para esto.
Habrá gente con 40 y 50 años que tengan ahora mejor cuerpo que cuando estaban en la universidad. Y habrá gente con esa edad que se mire al espejo y no se reconozca (para mal).
Pero es cierto que ganar masa muscular y perder grasa corporal no es una tarea fácil. Y menos aún conforme cumplimos años.
Por eso, tengas la edad que tengas, el mejor momento para empezar a cuidar de tu cuerpo es AHORA.
Mañana será un día tarde.
Tener un buen físico (y sobre todo mantenerlo) es una tarea bastante desagradecida, pero créeme que merece la pena.
Pero hay una cosa que está clara. Con 40 años no puedes pretender rendir igual que con 20.
O mejor dicho: Las locuras que tu cuerpo toleraba con 20, ahora ya no las tolera con 40.
Eso significa que tienes que ser mucho más eficiente con tus esfuerzos.
No es porque antes no tuvieras que serlo, es porque ahora no te puedes permitir no serlo.
Por eso mi academia busca maximizar la eficiencia.
Una eficiencia que para alguien con 20 años puede ser muy útil, pero para alguien con 40 es extremadamente necesaria.
Yo no sé si tienes 20, 30, 40 o 50 años. Pero lo que si sé, es que si quieres ponerte en forma y mejorar tu estilo de vida necesitas un sistema que te permita hacerlo.
Y ese sistema es precisamente el que aprendes a implantar dentro de la academia.
Aquí abajo te apuntas:
Mira, una de las cosas que he aprendido con la práctica y los años, es que casi todo el mundo que se interesa por el «fitness» o la salud, busca realmente perder grasa corporal.
Unos más y otros menos, pero hasta cierto punto, perder grasa corporal no le disgusta a nadie.
Está bien, y en casi todos los casos esa pérdida de grasa corporal te va a permitir tener una mejor condición física y una mejor salud.
Lo que me sorprende, es que para ser un objetivo tan codiciado por tanta gente, nadie tenga en cuenta que perder grasa corporal significa controlar tu alimentación.
Si, controlar.
Solo cuando tienes el control de algo, es cuando puedes realmente mejorarlo.
Eso significa que el chascarrillo de «hay que comer de todo en moderación», no te sirve.
De hecho no he conocido a nadie que eso le haya supuesto un antes y un después en su forma física o su salud.
Por tanto, para perder grasa corporal necesitas estar encima de tu alimentación.
O dicho de otra forma, controlar lo que comes.
Esto suena más difícil de lo que en realidad es, sobre todo cuando cuentas con las herramientas adecuadas.
Por ejemplo, una de las preguntas que siempre suelo hacer cuando alguien me dice que quiere perder grasa corporal, pero no lo consigue, es esta:
¿Qué vas a comer mañana?
Si la persona no lo sabe, significa que no tiene un control sobre su alimentación.
Y te invito a que interiormente tú también respondas esa pregunta:
¿Qué vas a comer mañana?
Si eres capaz de responder de forma contundente, eso significa que ya tienes cierto control de tu alimentación.
Al menos sabes el «qué».
Te faltaría saber el «cuánto» y el «cuando».
Responde a estas preguntas y tendrás un plan de alimentación.
Puede que sea un plan absurdo, pero te aseguro que es mejor un plan absurdo que no tener ningún plan.
Porque la opción más probable es que no sepas lo que vas a comer mañana.
En cuyo caso tu problema es aún mayor porque eso significa que tu alimentación va a la deriva.
Y es imposible que mejores tu condición física o tu salud cuando dejas tu alimentación en manos del azar.
Nunca he visto a nadie mejorar su forma física por azar.
Así que lo primero que debes hacer si quieres perder grasa corporal, es crear un plan de alimentación.
Lo segundo que debes hacer es asegurarte de que ese plan funcione para lo que quieres.
Y si no sabes cómo crear tu propio plan de alimentación o cómo evaluar si funciona o no, eso es lo primero que te enseño a hacer dentro de la academia.
Se accede desde aquí abajo:
El otro día leía una historia del Premio Nobel Richard Feyman que me llamó mucho la atención.
Él lo llamaba el «sistema del boceto».
Resulta que este hombre tenía una casa de campo y un día se dio cuenta de que por la bañera se habían colado unas hormigas.
Lo que le sorprendió es que estas hormigas se movían en línea recta.
Una detrás de otra.
Era curioso porque si las hormigas no pueden hablar entre ellas ¿Cómo se comunican para saber que tienen que ir en fila india?
¿Y cómo saben donde tienen que ir?
Esta curiosidad insaciable hizo que este hombre llevara a cabo un pequeño experimento.
Cogió un terrón de azúcar y lo colocó en el otro extremo de la bañera, alejado de la ruta de las hormigas.
Al principio no pasó nada.
Hasta que una de las hormigas se dio cuenta y salió de la fila para coger un trozo de azúcar.
Luego volvió a la fila de nuevo.
Pero ese camino de vuelta a la fila no lo hizo en línea recta.
Le costó bastante volver a incorporarse a la fila porque tomó un camino muy errático, dando vueltas incluso en círculos hasta que encontró de nuevo a sus compañeras.
Este hombre marcó con un rotulador ese camino lleno de errores de la hormiga y esperó otro rato hasta que una segunda hormiga encontrara el azúcar.
Cuando esta segunda hormiga encontró el azúcar, hizo lo mismo que la primera.
Se separó de la fila y fue a coger un trozo del terrón.
Y luego volvió a la fila, como había hecho antes la primera hormiga.
Ese camino de vuelta también estaba lleno de errores, pero sorprendentemente, había menos errores que los que había cometido la primera.
Y aquí es donde la cosa se pone interesante.
Cada vez que una hormiga encontraba el azúcar y volvía de nuevo a la fila, había menos y menos errores en la ruta.
Hasta que las últimas hormigas trazaban una línea casi perfecta desde el azúcar hasta la fila.
En su momento no se sabía por qué sucedía esto, pero por lo visto las hormigas tienen algo en sus estómagos que les hace desprender unas feromonas que guían al resto de hormigas.
De tal forma que cada hormiga que encontraba el regreso a la fila segregaba unas feromonas que servían para guiar mejor a las siguientes hormigas que tendrían que hacer el mismo camino.
Es decir, cuantas más hormigas siguieran el camino, más feromonas y cuantas más feromonas, menos errores cometían las hormigas.
De alguna forma Richard Feyman decía que ese sistema era el mismo que usaban los dibujantes al bocetar, porque cada trazo que dibujaban era un trazo más recto, más perfecto.
Esto te lo cuento porque cuando lo leí me pareció exactamente lo mismo que mi sistema de trabajo como entrenador.
Verás, casi todo el mundo suele pensar que lo que necesita para ponerse en forma es un plan personalizado.
Algo creado desde 0 para ellos.
Porque son especiales.
Porque lo «genérico» no funciona.
Sin darse cuenta, quieren ser la primera hormiga.
La hormiga que cometió tantos errores para encontrar el camino a casa.
Lo más sorprendente aún, es que muchos entrenadores alardean de que sus entrenamientos son totalmente personalizados.
Lo que significa que si tienes 25 clientes, sería como tener 25 primeras hormigas.
Todas dando vueltas sin tener ni idea de donde está el camino.
Esto siempre me ha parecido absurdo, la verdad.
Es decir, mi academia es mucho mejor cada año gracias a todos los alumnos que han pasado por ella.
No siguen un plan personalizado, siguen un plan.
Un plan que voy refinando constantemente para que el camino que recorren los alumnos, sea el más directo, fácil y eficiente posible.
Esto sería imposible hacerlo con 18.000 planes diferentes.
Así que yo solo tengo uno.
Un plan que se beneficia de todos los que ya lo han recorrido y de los que lo están recorriendo.
Un plan donde el camino que tú recorres, ayuda al siguiente que lo va a recorrer.
Por eso la academia va a subir de precio el próximo 2 de Diciembre, y seguirá subiendo de precio en el futuro.
Porque cada vez el plan será mejor y más eficiente.
Y por eso también el precio nunca sube para los alumnos que ya están dentro, porque ellos son los que ayudan a que este plan sea mejor cada año.
Es mi forma de agradecerles sus «feromonas».
Así que si quieres seguir un plan, que no es personalizado (aunque si personalizable), que ya han recorrido cientos de personas y que está más que probado que funciona para ayudarte a verte mejor, sentirte mejor y rendir mejor, puedes inscribirte desde aquí abajo:
Academia de Fitness en la Nube
Pd: Si quieres aprovechar los precios actuales de la academia, ahora es el momento. Las «hormigas» que se inscriban a partir del día 2 de Diciembre, se inscribirán a un precio más alto.
Hace unos días estuve hablando con mi amigo Sergio.
Sergio ha perdido 3kg en una semana.
Está muy contento.
Pero la misma alegría que tiene ahora será la tristeza que tendrá cuando vuelva a coger lo que ha perdido.
Puede que incluso unos cuantos kilos extras.
¿Es porque está haciendo las cosas mal?
No.
Vamos, no sé.
La respuesta no es si lo está haciendo bien o mal.
La respuesta siempre está en los hábitos
Ahora mismo está tomando unas decisiones muy diferentes a las que normalmente suele tomar.
Y eso le está trayendo resultados diferentes de los que normalmente tiene.
Hasta ahí todo bien.
Es algo que casi todo el mundo ha experimentado.
Pero luego viene siempre la impotencia que manifiesta casi todo el mundo.
«Es que luego llega un punto en el que es imposible seguir bajando».
Pero cuando analizas ese ‘punto’ te das cuenta de que la única diferencia con lo que hacías al principio es que antes eras mucho más estricto de lo que eres ahora.
Por eso al principio se obtienen resultados y luego se vuelve a la casilla de salida.
Porque las decisiones solo son el primer paso para formar hábitos.
Cuando tú decides conscientemente tomar un camino, eso es una decisión
Cuando escoges ese camino sin haberlo pensado, es un hábito.
Por eso la mayoría de la gente tiene problemas para mejorar su físico porque toman ciertas decisiones que luego no son capaces de transferir a hábitos
Por eso es imprescindible tener un plan de acción.
Seguirlo e interiorizarlo tanto que forme parte de ti.
Y por eso yo tengo una academia donde te enseño a crear esos hábitos
Que por cierto, te comenté que la academia iba a subir de precio el próximo 25 de Noviembre (solo para quienes se apunten después de esa fecha, los que se inscriban antes siempre mantendrán el mismo precio).
Escogí esa fecha porque quería dejar pasar el blackfriday.
Yo nunca hago blackfridays, así que el que puedas apuntarte aún a este precio lo puedes considerar mi blackfriday particular. El precio nunca estará más bajo que ahora, eso te lo puedo asegurar.
El problema es que resulta que el blackfriday es el fin de semana siguiente.
Eso significa que la academia mantendrá el precio intacto hasta el lunes 2 de Diciembre.
Es decir, que tienes una semana más para apuntarte.
Pero si te quieres inscribir, no lo dejes para muy tarde, que las semanas vuelan…
En fin, para apuntarte a este precio que es prácticamente un regalo, lo puedes hacer aquí abajo:
Hoy no voy a entretenerte mucho, solo quiero que sepas un par de cosas.
Un par de cosas buenas.
La primera es que a partir de hoy, se abren de nuevo las puertas de la academia.
Esto puede que no te importe lo más mínimo, pero tiene mucho que ver con la segunda noticia, así que presta atención.
La academia ha estado cerrada desde hace unos meses y no tenía pensado abrirla hasta 2025, pero como cada año, un par de personas (despistadas, pero personas), me han preguntado por eso del viernes negro.
Digo despistadas porque yo nunca hago descuentos por viernes negros ni por martes rojos.
Mi mensaje como entrenador es que el mejor momento para empezar a cuidarte fue ayer y el segundo mejor momento es ahora.
Con esta filosofía, parece un poco contradictorio decirte que te esperes al Black Friday para hacer algo que necesitas empezar a hacer ahora.
Dicho esto, la segunda noticia que quiero darte, es que ahora mismo, mi academia cuesta menos de 1€ al día.
Si necesitas que te ofrezca un descuento para que te apuntes, entonces prefiero que no te apuntes.
Es más, lo único que puedo garantizarte, es que si te apuntas ahora te vas a apuntar al mejor precio.
¿Por qué?
Porque a partir del 25 de noviembre, los precios para los nuevos alumnos van a subir.
Si te apuntas antes de esa fecha, mantendrás este precio para siempre, como todos los alumnos que ya están dentro.
Puedes tomarlo como mi blackfriday particular.
Aunque más que un blackfriday, es una garantía. Es una garantía de que nunca podrás apuntarte a la academia a un precio más bajo del que marca ahora.
Así que ya lo sabes, si quieres tomar el control de tu estilo de vida para verte mejor, sentirte mejor y rendir mejor, no vas a encontrar otra propuesta mejor, eso te lo puedo confirmar.
Te apuntas desde aquí abajo:
Academia de Fitness en la Nube
Pd: Las plazas ya están abiertas.
Una de las cosas que siempre digo, es que tu cuerpo ya está contando una historia sobre ti.
Es decir, cada persona que te cruzas por la calle se construye una primera impresión sobre ti, en unos pocos segundos.
Es como la primera vez que abres una página web. Las estadísticas dicen que en 50 milisegundos ya nos hemos formado una opinión sobre ella y esa idea nos impulsará a continuar navegando por ella, o a marcharnos.
Con tu cuerpo ocurre igual.
Esto es así porque tu cuerpo proyecta una serie de atributos que para el resto del mundo generan atracción o rechazo.
No es clasismo, ni machismo, ni feminismo, ni cualquier gilipollez que acabe en -ismo. Es solo la condición humana.
Los seres humanos nos sentimos atraídos hacia ciertas cualidades físicas que son indicativos de una buena salud.
Imagina que estás en el patio del colegio y tienes que elegir jugadores para tu equipo.
Primero vas a elegir a los más buenos, a los que saben regatear, a los que le pegan muy fuerte al balón.
Esos son los primeros que eligen, luego ya vienen los demás.
Pues la vida no es tan diferente. La gente quiere en su equipo a las personas que más pueden aportar.
Y solo tienes 50 milisegundos para que alguien confíe en lo que tú le puedes aportar.
Por eso, una buena salud no es solamente algo que se refleje en unas analíticas de sangre.
La salud está en muchos otros ámbitos mucho más simples de percibir.
La salud está en cómo te ves, como te sientes y como eres capaz de rendir en tu día a día.
Como tu composición corporal.
Tener más masa muscular y menos grasa corporal, no solo te hará mucho más capaz físicamente, sino que también te hará ser mucho más atractivo (para ambos sexos) y eso a su vez te generará más autoconfianza.
Esa autoconfianza te permitirá sentirte mejor.
Además, saber que ya no estás exhausto a las 3 de la tarde, y que puedes apurar perfectamente el día con suficiente energía y vitalidad te permitirá hacer más cosas que ahora no haces.
Cuando empiezas a hacer más cosas, empiezas a conseguir más cosas.
Y esa sensación de satisfacción de ser capaz de alcanzar lo que te propones te hará mucho más resiliente, porque sabrás que esas cosas se consiguen con trabajo.
Cuando tengas esa total autoconfianza, esa mentalidad resiliente y por qué no decirlo, un físico mucho más atractivo, tus relaciones personales serán mucho más placenteras.
A todo el mundo nos gusta gustar, y saber que a tu pareja le pones a 1.000 por hora, es algo muy gratificante.
Y aunque tu pareja te diga que le gustas así como estás, en el fondo te está mintiendo descaradamente.
Y tú lo sabes.
Lo sabes porque es lo que tú también le dices.
Pero nos guste más o nos guste menos, a los seres humanos nos atrae la salud. Por eso una buena salud y un físico atlético y en forma, van de la mano.
Y no hace falta sacarse sangre para darte cuenta si tienes una buena salud metabólica o no la tienes.
Eso lo puedes descubrir simplemente mirando unos cuantos parámetros y haciendo un panel de control muy simple de entender.
Si quieres que yo te construya el tuyo y te haga una revisión de tu salud metabólica, puedes contratar una auditoría metabólica.
La contratas desde aquí abajo:
Pd: Hoy es el último día que están abiertas estas auditorías. Mañana las cerraré hasta nueva orden.
Decía Napoleón Hill que para poder estar sano, primero era necesario entender qué es la salud.
Y para mi la salud no es algo garantizado.
No es como una camisa, que la tienes dentro de tu armario y es tuya.
La salud es un estado metabólico que se gana o se pierde con las decisiones que tú tomas cada día.
Y cuando estas decisiones se repiten a lo largo del tiempo, se convierten en un hábito.
Que algo sea un hábito no significa necesariamente que sea bueno para tu salud. Solo significa que es algo que has repetido tantas veces, que lo haces de forma automática, sin pensar.
Por eso, si quieres tener una buena salud, debes tomar ciertas decisiones.
Y repetir esas mismas decisiones constantemente.
Eso es lo que separa a la gente que tiene una buena salud y la gente que no la tiene.
Es una cuestión de decisiones y tiempo.
Y si tú quieres tener una mejor salud que el 98% de la gente que te rodea, puedo decirte cuáles son algunas de esas decisiones que te harán ser parte del otro 2%.
0 Alcohol.
Aunque solamente bebas un par de vasos de vino a la semana, el alcohol sigue siendo una sustancia tóxica.
A mi no me mires, yo solo soy el mensajero.
Entrena con pesas (de forma intensa) al menos 3 veces por semana.
Esto te ayudará a ganar más masa muscular, fortalecer tus huesos y mejorar tu salud cerebral.
Controla tu entorno.
El entorno que te rodea incluye la comida que tienes en tu casa, las relaciones que tienes e incluso la rutina que tienes en tu día a día.
Prioriza tu descanso.
El ser humano es la única criatura del mundo que sacrifica intencionadamente su descanso por hacer cosas mucho más ridículas (ver la tele, las redes sociales…)
No dejes nunca de aprender.
Cuanto más aprendes de algo, te das cuenta que menos sabes.
Por eso te mando estos emails cada día, porque me obligo a aprender y quiero que tengas presente, que si no tienes la salud o la forma física que tú quieres, es solamente porque no has tomado las decisiones necesarias para conseguir eso.
Y si quieres que yo te analice cómo te ha ido con las decisiones que has tomado hasta ahora y qué decisiones deberías cambiar a partir de hoy para optimizar tu estilo de vida, puedes hacer una auditoría metabólica.
Te diré todo lo que necesitas saber sobre tu estilo de vida actual, y sobre todo, los pasos que debes dar para mejorarlo.
Cuando le dices a la gente que la tensión ideal se encuentra en 115/75, se echan las manos a la cabeza.
No significa que esa deba ser la tensión que debes obtener.
Lo que significa es que es la tensión ideal. Es decir, a partir de aquí, cuanta más desviación haya, en más problemas puedes incurrir.
Las investigaciones dicen literalmente:
Un incremento de 20 mm hg (milímetros de mercurio) en la presión sistólica o 10 mm en la presión diastólica dobla el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
Otro estudio dice que:
El 68% de toda la mortalidad atribuida a la elevada presión sanguínea ocurre con presión sistólica entre 120 y 140 y diastólica debajo de 90.
Una tensión arterial «alta» (es decir, que se justifique tratamiento) se considera precisamente por encima de 140/90.
Lo llamativo es que las estimaciones dicen que el 30% de la población está por encima de esa cifra.
Una cifra que entre 1990 y 2019 se ha visto duplicada.
¿La razón?
Principalmente el sobrepeso.
Esto significa que si quieres mejorar tu tensión arterial, perder peso es la primera misión que tienes.
Ya sabes… Mejorar tu dieta y planificar tu actividad física.
El segundo punto que deberías abordar sería el descanso nocturno.
La falta de sueño es uno de los marcadores más importantes que afectan a la tensión arterial.
Mucho más cuando lo combinas con sobrepeso porque más que probablemente estés generando una apnea del sueño (y eso dispara la tensión arterial).
Puede que pienses que con la «pastilla de la tensión» que te manda el médico es suficiente.
Pero esos fármacos solo atacan los síntomas, pero no la causa.
Y la causa de que tu tensión arterial esté por las nubes no es la falta de ese fármaco. Es un estilo de vida mal gestionado.
Por eso es importante, no solamente cuidar de tu alimentación para que puedas perder peso, sino para que esa alimentación te sirva para solucionar las causas que te están provocando ese problema.
Te pongo un ejemplo:
El consumo adecuado de potasio es importante para relajar los vasos sanguíneos. Por eso incluir en tu alimentación espinacas, patatas, frutas es extremadamente importante.
¿Estás teniendo ese consumo adecuado?
El magnesio también ayuda. Espinacas, almendras, yogur… ¿Consumes suficiente magnesio?
El calcio es otro mineral importante que su absorción además está condicionada por la vitamina D.
Es decir, tu alimentación, tu descanso y tu estilo de vida en general, son las variables más potentes que tienes para reducir tu tensión arterial.
Por eso en mi academia, cuando tocas las teclas adecuadas, y sigues el plan de trabajo todos estos problemas mejoran una barbaridad o incluso se llegan a solucionar por completo.
No te lo digo para que te apuntes, porque de hecho, ahora mismo no puedes hacerlo porque las plazas están cerradas (aunque se abrirán dentro de muy poco).
Te lo digo para que seas consciente de que las decisiones que tomas en tu día a día son las que te hacen esclavo de una medicación que solamente esconde el problema real debajo de la alfombra.
Pero llegará un momento en que la alfombra no pueda esconder más porquería.
Así que tú decides cómo actuar a partir de ahora.
Yo por mi parte, puedo ayudarte a evaluar tu estilo de vida haciéndote una auditoría metabólica.
Te diré sin tapujos cuáles son las cosas en las que necesitas trabajar para que toda tu situación mejore (y bastante).
Son las últimas auditorías que voy a hacer, ya no tengo más tiempo para hacer más. Probablemente a finales de esta semana las cierre por el momento.
Así que si quieres que te revise tu estilo de vida, haz clic en el enlace de arriba.
Uno de los cuentos más tristes y pesimistas de toda la historia es el cuento de la lechera.
Seguro que lo conoces.
El cuento de la lechera habla de una mujer que iba al mercado con un cántaro de leche e iba pensando en todo lo que iba a hacer con el dinero que le dieran por la leche.
Iba a comprar huevos, criar gallinas, vender las gallinas, luego comprar un cerdo, criarlo, venderlo etc.
Era un buen plan, pero a veces los planes no salen como nosotros esperamos.
Resulta que mientras iba al mercado con la leche, se tropezó y se le vertió toda la leche.
Adiós a los huevos, a las gallinas y a todo lo demás.
Y ya está, ese es el final.
Este es el peor cuento que se le cuenta a los niños porque la moraleja es que si tu plan fracasa, ese es el final.
Pero no es el final, solo es la realidad.
¿Cuántas veces se interpone la vida en algo que tenías perfectamente planeado?
La vida es, por naturaleza muy caótica e impredecible.
Solo tienes que mirar cómo funciona la naturaleza.
En estos momentos hay gente terriblemente afectada especialmente en la zona de Valencia (España) debido precisamente a esta fuerza inquebrantable de la naturaleza.
A eso y a la incompetencia aberrante de unos gobernantes inútiles y caraduras.
Pero volviendo al tema, las complicaciones son cosas que pasan, y que no pasan cuando nosotros queremos o de la forma que queremos.
Pasan y ya está.
Ahora todo el mundo quiere seguir un plan.
Tener todo planificado al milímetro.
Como la lechera.
Pero, ¿Qué pasa si te tropiezas? ¿Qué pasa si las cosas no salen como esperabas?
La mejor habilidad que puedes aprender, no es seguir un plan, es la habilidad para ajustar el plan.
Eso es lo que te da confianza ante la presión y te hace ser mejor.
Las respuestas mecánicas no hacen eso.
Todo el mundo últimamente es extremadamente rígido y tiene una excesiva confianza en «sus planes», pero a veces tienes que poner el plan a un lado y confiar en tus instintos.
El problema es que cuando la gente quiere confiar en sus instintos, se dan cuenta de que no pueden hacerlo porque les falta práctica.
Si eres un escritor y quieres publicar un libro, estarás escribiendo cada día. Esa es la práctica.
Puede que un día no te funcione el ordenador y tengas que ajustar tu plan y escribir a mano, pero al final, sigues haciendo girar la rueda de la práctica.
Si lo que quieres es mejorar tu composición corporal y cuando vas al gimnasio la máquina del ejercicio que tienes que hacer está rota, tendrás que ajustar tu plan y hacer otro ejercicio en lugar de ese que tenías planeado.
Cuantos más entrenamientos hayas hecho, más práctica tendrás y más capacidad tendrás para escoger un ejercicio alternativo que sea adecuado.
Y eso es gracias a la práctica, no al plan.
Los planes son una herramienta importante, pero solo hasta donde hayas agudizado tus instintos, y eso sucede a través de la práctica.
A todos nos encanta que los planes salgan bien, ya lo decía Hannibal del Equipo A, pero lo cierto es que casi nunca sucede así.
Siempre hay contratiempos y cuanto más agudices tus sentidos para flexibilizar tu plan, más podrás avanzar.
Y eso es gracias a la práctica.
Cuantos más entrenamientos hagas.
Cuantas más comidas saludables consumas.
Cuantas más horas de sueño diarias tengas.
Cuanto más hidratado te mantengas.
Todo esto te hace acumular práctica. Sin la práctica, no hay ningún plan que valga.
No vuelvas a creer en el cuento de la lechera.
Cuantas más veces vayas al mercado, mejor conocerás el camino y menos veces tropezarás.
Pero el cuento no puede terminar con un cántaro roto y la leche derramada por el suelo.
Es la peor enseñanza que puedes darle a tus hijos.
Y bueno, una de las mejores cosas que puedes enseñarles a tus hijos es mostrarles el valor de la práctica y no solo del plan.
Y si quieres descubrir cuál es el mejor plan posible para ti, puedes hacer una auditoría metabólica para saber cuáles son tus mayores prioridades y que puedas afrontarlas de la manera más eficiente posible.
Demuéstrale a tus hijos que el cuento de la lechera está equivocado y conviértete en un ejemplo para ellos a través de la práctica. Te aseguro que cada vez te tropezarás menos
Mira, una de las cosas que siempre se dice es que «para gustos, los colores».
Esto significa que hay gente que le gustan unas cosas y gente que le gustan otras.
Pero eso es lo que se dice, porque luego cuando a ti no te gusta una cosa que a los demás si, te intentan convencer de que te guste a ti también.
A mi me pasa siempre con las películas de terror.
No me gustan nada, nunca me han gustado.
Y durante toda mi vida, he escuchado continuamente bromas y burlas simpáticas sobre esto.
Que si soy un cagao, que si es que me dan miedo, que si tal y que si cual.
Se ve que lo de «para gustos, los colores», solo vale cuando tus gustos son los mismos que los de la otra persona.
Lo que me parece irónico es que casi todo el mundo va al cine a pasar miedo, cuando lo que les debería dar miedo de verdad es su vida real.
Y eso es lo que a mi me aterroriza.
Que suene el despertador a las 7 de la mañana
Pulsar el botón «posponer» del despertador 3 o 4 veces
Café para «ser persona».
Atasco camino al trabajo
8 horas en un trabajo que odio
Atasco camino a casa… otra vez
Discutir con mi pareja que se ha convertido más bien en una compañera de piso que en mi pareja.
Ver la tele hasta caer rendido en el sofá.
Repetir.
Eso es lo que realmente me da miedo.
Me da miedo que llegado el momento mire atrás y piense: «Joder, ojalá me hubiera esforzado más».
Te aseguro que si me arrepiento de algo, no será de no haber visto suficientes pelis de miedo.
Al final, si esperas mucho para ti, deberías esperar mucho de ti.
Por eso cada día me esfuerzo en ser mejor que ayer.
Y por eso creo que tú también deberías hacerlo.
Porque da igual que te gusten o no las pelis de miedo, lo que importa es cómo enfoques el miedo en la vida real.
Para ilustrártelo un poco mejor, voy a compartir contigo este poema de Kahil Gibran:
«Se dice que el río antes de entrar al mar tiembla de miedo.
Mira hacia atrás a todo el camino que ha transitado.
Desde las cimas de las montañas hasta el largo y sinuoso camino atravesando bosques y pueblos.
Y delante de él, ve un vasto océano, que al entrar parece que todo vaya a desaparecer para siempre.
Pero no hay otro camino.
El río no puede ir hacia atrás.
Nadie puede ir hacia atrás.
Volver hacia atrás es imposible.
El río tiene que asumir el riesgo de adentrarse en el mar. Solo así el miedo desaparecerá porque ahí es donde el río sabrá que no se trata de desaparecer en el océano, sino de convertirse en el océano.
Sea como sea, yo me dedico a ayudar a gente como tú a mejorar su forma física y su estilo de vida.
Y si no tienes la certeza de que pueda ayudarte, puedes contratar una auditoría metabólica para comprobar todas las áreas que puedes mejorar.
Cuesta lo mismo que lo que te gastarías una tarde en el cine.
Y si la quieres contratar, la contratas desde aquí abajo:
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