Ignacio Marván, Carlos Puig, María Scherer y Jesús Silva-Herzog Márquez se sentarán para analizar de bote pronto los acontecimientos más relevantes semana a semana. Con puntos de vista distintos, desde la academia y el periodismo, discutirán de política, economía, redes sociales y más.
Al inicio de un sexenio, Claudia Sheinbaum afirmó que el modelo de seguridad estaba funcionando, y que se le agregaría un segundo piso. La percepción es distinta a las cifras que da el gobierno. Sheinbaum no tiene la fuerza política suficiente para remover a un gobernador. Hay gobernadores y gobernadoras que a todas luces son un desastre. No parece que la estrategia de seguridad esté funcionando. Pasamos de una masacre a otra. Y estamos desnaturalizando la tragedia al no focalizarnos en las víctimas.
La justicia, no los casos de la Suprema Corte, sino los miles que se presentan cada día y cada mes en los tribunales, van a estar detenidos. La justicia sufrirá desde ahora. Al norte, Trump logró mover a la opinión pública estadounidense en términos migratorios de manera impresionante. La migración estaba en el radar, pero no era el problema más importante para los estadounidenses, que ahora identifican como un problema de invasión y no es solo Donald Trump. La sociedad estadounidense se movió de lugar y ven a México como un problema, porque por aquí pasa toda la migración y todas las drogas. Trump cumplirá sus amenazas con una opinión pública que lo respalda.
Es una tragedia de la izquierda que, 30 años después de la lucha zapatista y después de López Obrador, Chiapas está peor que nunca. ¿Por qué? Porque los que tienen que investigar están coludidos, forman parte de la trama. Morena tiene un problema político con el gobernador Rocha Moya. Pero el movimiento (Morena) se asume como una virtud en la historia mexicana y es casi inaceptable que alguien falle. Pedirle que se retire podría mandar una señal muy oportuna de control de la presidenta, pero también podría enfrentarla con corrientes internas. Temen que se instale una lógica de no mostrar “señales de debilidad”. Habrá que ver si el continuismo o la continuidad de Sheinbaum incluye encubrir la complicidad entre crimen organizado y autoridades. Ese hilo se rompe por lo más delgado: los municipios.
En el discurso se va a seguir construyendo una supuesta realidad donde la reforma judicial no amenaza a particulares, empresarios o inversionistas, pero se trata de una reforma por el poder y para el poder, que primero cesó a la Suprema Corte y al poder judicial de sus funciones. Quizá el gobierno morenista no dimensione el caos que habrá en la impartición de justicia. El método no despierta confianza. No hay, ni habrá, la mínima certeza jurídica que ya existía y Claudia Sheinbaum no ha dado una sola señal de contención.
Desde la campaña, la presidenta dijo que su estrategia de seguridad no tendría sentido sin la coordinación con las fiscalías. Pero frente a crímenes altamente mediáticos, pronto tiene que cambiar la percepción de que el gobierno apenas interviene frente al crimen. Es un acierto que haya presentado la estrategia el secretario de Seguridad y no los de la Defensa o Marina. Es, por lo pronto, un cambio de forma. Pero más allá de formas, el sexenio de Claudia Sheinbaum debe caracterizarse más por gobernar que por ejercer el poder, como el de AMLO. Pero para que haya condiciones de ejercer su mandato, necesita con quien coordinarse a nivel de cancha.
Si Sheinbaum usa el término humanismo mexicano, lo esperable es que se haga cargo de muchos mexicanos a los que no los voltearon a ver en el sexenio que terminó, como las madres buscadoras o las víctimas de la violencia. La señal de que hoy vaya a Acapulco es halagüeña. Igualmente Sinaloa necesita que Sheinbaum vaya a decirle a la comunidad, no al gobernador, que está trabajando. Lo mismo Chiapas, que vive bajo la amenaza del crimen organizado. Sheinbaum puede acentuar la cercanía sin patear el pesebre.
María Luisa Alcalde prometió que verá por la protección del legado de AMLO. Después de este periodo, en el que no hubo transición, el partido alimentará que el proyecto obradorista debe tener permanencia en el tiempo. ¿Pero qué va a pasar cuando el poder se traslade a la presidenta? ¿Cuánto del poder se le va a trasladar a Claudia Sheinbaum? No todo. Ése es el problema. El primer escenario es que AMLO entregue el gobierno y no vuelva a hablar ni a operar ni a aparecer. El segundo, que Sheinbaum decida que necesita a AMLO para gobernar. El tercero, que confronte a AMLO y el cuarto, que tenga que tomar decisiones adversas al proyecto por las enormes responsabilidades del gobierno y absorba todo el poder.
Morena se plantea un futuro sin su líder y fundador, aunque hará sentir a través de su hijo. La presidenta tiene que hacerse muy pronto del poder el problema de Claudia Sheinbaum es que sustituye a uno de los presidentes más carismáticos y populares que ha tenido México. Al ungir a su hijo, AMLO colocó a su sucesora en una posición más difícil de la que se perfilaba. Una de las cosas más fatigosas para ella será lidiar con el antes. Las organizaciones tienen la costumbre de añorar el pasado, más lo será si éste lleva el nombre del fundador del movimiento.
En medio de esta incertidumbre, hay una certeza: el sexenio de Claudia Sheinbuam quedará herido de gravedad antes de comenzar y el saldo de su gobierno será efectivamente muy negativo. Quizá el peor daño de la reforma judicial está en la prisa. Podrían hacer lo mismo negociando algunos detallas y sacarla adelante de mejor manera, pero la inercia que ya lleva no la va a poder detener la presidenta. Dos poderes se han aliado para aniquilar al tercer poder. Lo más sorprendente es que en noviembre, Claudia Sheinbaum iba a tener la Suprema Corte para sí, con la salida de uno de los actuales ministros.
Los manifestantes tendrán que demostrar que traen gasolina para muchos días. Se puede tomar la calle si tienes el aguante. Es temprano para saber si la protesta va a cuajar. Mientras tanto, la oposición partidista sigue pasmada. ¿Qué hicieron para que los dos senadores perredistas no se cambiaran de bando? ¿Quién ha visto a Marko Cortés, a Alejandro Moreno o a Dante Delgado haciendo política? No han trabajado a la oposición desde el 2 de junio. Son otros chamaqueados que no hicieron su chamba. Por otro lado, Andrés Manuel López Obrador sigue llenando todo el espacio político y mediático, sin ceder nada a Claudia Sheinbaum. AMLO acelerará la promulgación y las oposiciones tendrían que lograr obstaculizar esa marcha legislativa. A ver quién puede más.
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