Estrategias para la mujer profesional que quiere ganar más seguridad en sí misma, definir el siguiente paso a dar y rediseñar su carrera para sentirse plenamente satisfecha.
Hoy vamos a hablar de un tema que preocupa a muchas personas, quizá a ti también:
Cómo volver a reactivarte profesionalmente después de un parón.
Cuando llevas un tiempo alejado de tu trabajo o de un ámbito profesional y te planteas volver, pero no sabes bien cómo o tienes dudas.
Algo que se plantean a diario muchas personas, así que vamos a ello.
Volver al mundo profesional después de un parón importante, como pueden ser la maternidad, cuidar a otra persona, pasar años en servicios como el militar, un voluntariado o incluso después de emprender tu propio negocio; y plantearse un tipo de trabajo convencional después, puede parecerte un reto enorme.
No quieres «empezar de cero», crees que van a criticar que hayas «desaparecido» laboralmente, por así decirlo; y claro, te desmotivas y, lo peor, subestimas toda la experiencia que has ido acumulando.
Ante todo, quiero que tengas clara una cosa importante.
Ese parón no ha sido una pausa sin más ni tiempo «perdido» profesionalmente. Durante ese tiempo es más que probable que hayas desarrollado una serie de habilidades que, aunque no siempre son reconocidas de inmediato, son completamente transferibles a tu vida profesional.
Te pongo ejemplos.
Mira…
Durante la maternidad adquieres habilidades fundamentales para cualquier entorno profesional: gestión del tiempo, resolución de problemas y capacidad para manejar múltiples tareas al mismo tiempo, lo que te vuelve una persona increíblemente eficiente. No en vano se dice que si quieres que una tarea se acabe bien y en menos tiempo se la des a una madre.
El servicio militar o roles relacionados te enseñan trabajo en equipo, disciplina y gestión bajo presión, por ejemplo.
Por no hablar de la capacidad para mantener la calma y tomar decisiones rápidas en momentos de estrés, la adaptabilidad a distintos entornos y la capacidad de organizar y planificar. Todo eso habilidades muy útiles para afrontar nuevos desafíos.
El cuidado de otra persona no solo te enseña paciencia y organización, también te da una gran capacidad para gestionar recursos y tomar decisiones clave, incluso bajo presión emocional, muy útil en cualquier entorno profesional.
El voluntariado te permite desarrollar una serie de habilidades interpersonales como la comunicación intercultural, la gestión de proyectos y la capacidad, muchas veces, de trabajar bajo presión.
Visión estratégica, planificación, gestión de riesgos e incertidumbre, resiliencia, capacidad para multitarea, capacidad de aprendizaje y adaptación, concentración, conocimientos en ventas, marketing y relaciones con clientes son habilidades que muchas empresas buscan hoy en día.
Perseverancia, mentalidad enfocada y capacidad para trabajar bajo objetivos claros son cualidades que aportan mucho valor.
La creatividad, la adaptación a roles diferentes y la capacidad de aprender rápido son habilidades clave que pueden aplicarse en numerosos campos.
Como ves todas estas habilidades son mucho más valiosas de lo que a veces pensamos. No subestimes lo que has aprendido durante el parón: esas experiencias te han formado, y te han hecho más fuerte y más capaz.
La cuestión es que lo veas y lo transmitas con seguridad.
Llevas contigo un bagaje único que te permitirá enfrentarte a los nuevos desafíos con una perspectiva renovada.
¿Que a alguien no le parece bien? Pues vale, a buscar más opciones. Eso le puede pasar hasta al profesional más cualificado.
No podemos encajar en todas partes y no pasa nada.
¿Y si he estado de baja? Son situaciones de la vida que hay que asumir, no es un crimen. Si puedes aprovecha para aprender algo y si no, para desconectar, descansar y recuperar fuerzas y motivacion para retomar lo profesional.
Sentirte insegura al principio es normal, sobre todo si tu entorno profesional ha cambiado. Pero esa incomodidad es temporal. Es el primer paso hacia un futuro diferente y más alineado contigo.
Si este es tu momento de dar el paso y volver a activar tus objetivos profesionales, quiero invitarte a explorar mi programa «Qué hacer cuando no sabes qué hacer».
Está diseñado para ayudarte a reconectar con tus fortalezas, recuperar la confianza y dar el salto hacia tu próxima etapa profesional. Aprovechando todo lo que ya eres y lo que has aprendido.
Te dejo con unas citas para inspirarte:
«Quería la recompensa pero no el esfuerzo. Queria el resultado, pero no el proceso. Estaba enamorado, pero no con la lucha, sino con la victoria. Y la vida no funciona así. Lo que eres se define por lo que estás dispuesto a luchar«. Mark Manson
«La vida se trata de no saber y luego hacer algo de todas formas.Toda la vida es así«. Mark Manson.
«Creo mientras tiemblo, confío mientras lloro«. Charlotte Brönte.
>Este podría ser tu siguiente paso.
La entrada Volver a trabajar después de un parón profesional. se publicó primero en Coach de la Profesional.
¿Te has encontrado alguna vez entusiasmada por un proyecto, curso o idea y a mitad de camino… te desinflas y lo dejas a medias?
Se te queda la sensación de tener algo pendiente dando vueltas en tu cabeza, como un recordatorio incómodo que no sabes bien cómo gestionar.
Si te sientes identificada, tranquila que no estás sola.
> Escucha el audio aquí –>Merece la pena empezar algo nuevo si has dejado algo a medias?
Hace poco, una clienta me compartió que quería avanzar en su desarrollo personal pero se sentía frenada porque, en el pasado, dejó uno de mis cursos sin terminar.
Su duda era:
“¿Es mejor terminar lo que dejé pendiente o puedo avanzar ahora mismo con algo nuevo (en este caso un servicio de coaching para exclientas)?”
¿Te ha pasado alguna vez?
Sentir que, aunque tienes ganas de avanzar, algo que has dejado pendiente te frena…
Tiene que ver con una trampa mental muy habitual: pensar que no puedes avanzar si antes no “cierras” todas las etapas anteriores.
Pero déjame que te avance algo importante:
Hay muchas razones:
– No era el momento adecuado.
– Las expectativas no coincidieron con tus necesidades reales. Quizá subestimaste lo que iba a implicar.
– Surgieron otras prioridades o imprevistos.
– La energía o motivación cambió.
– Algún miedo nos bloquea y lo vamos dejando.
Si sientes que algo que has dejado sin terminar te está frenando, aquí tienes algunas ideas para liberarte de esa carga:
1. Haz las paces con lo que dejaste atrás. Como si fuera tan fácil, ya lo sé, pero considera aceptar que en ese momento lo hiciste lo mejor que podías con los recursos y la energía que tenías.
2. Identifica lo que necesitas ahora. Pregúntate: ¿qué sería más útil para mí en este momento? Quizás ese curso, proyecto o idea ya no encaje con tus prioridades actuales. O quizá te sirva empezar de nuevo o retomar solo una parte.
3. Céntrate en avanzar. En lugar de intentar “arreglar” lo que no terminaste, pregúntate qué puedes hacer hoy para acercarte a tus metas. Avanzar no significa hacerlo todo perfecto, significa seguir moviéndote.
O quizá necesites descansar, está bien también, un descanso meditado y planificado, no como huída sino como recuperación.
4. Permítete aprender de la experiencia. ¿Qué te ha enseñado dejar aquello a medias? Tal vez te ayudó a descubrir que no era para ti o que necesitas otras cosas en esta nueva etapa.
Tal vez te haya ayudado o enseñado a no ser tan exigente contigo misma, a que no pasa nada por dejar cosas a medias, a ser menos rígida y más flexible, a que tu tiempo es oro y no todo lo que empiezas lo tienes que acabar…
Si eres de las personas que sienten que quieren avanzar, pero necesitas claridad y orden para hacerlo, aquí te dejo algunas recomendaciones:
No dejes que lo que tienes pendiente te frene.
Es normal sentir que algo inconcluso pesa, pero no dejes que eso se convierta en una barrera. Recuerda que todo tiene su momento y que avanzar no siempre requiere cerrar todo lo anterior.
A veces, lo que realmente necesitas es un enfoque diferente, un nuevo punto de partida o simplemente el impulso para retomarlo.
Lo acabas o no. Lo retomas o no. Pero que no te frene en todo lo demás.
Mis cursos y programas, por ejemplo, están diseñados para que puedas aprovecharlos de nuevo en el momento que lo necesites, sin necesidad de haber completado todo de manera perfecta.
Muchos clientes los revisan o repiten después de un tiempo y sacan nuevas enseñanzas, otros los posponen y retoman; otros los hacen a la primera. Cada persona es un mundo y está bien.
No te detengas por lo que no hiciste en su momento. Si sientes que es el momento de dar el siguiente paso, no esperes más.
¿Sientes que estás en este punto? Reflexiona sobre lo que necesitas hoy y da ese paso, aunque sea pequeño. Ya sabes, mi pregunta favorita:
Si alguna vez sientes que necesitas más estructura, apoyo o claridad y decides sumarte a mis cursos o servicios, quiero que sepas que tienes un espacio seguro para retomar o empezar desde cero, sin importar si dejaste algo a medias en el pasado. Estoy aquí para ayudarte a avanzar cuando lo decidas. Todo tiene su tiempo y tú eres quien decide cuándo empezar.
Cuéntame, ¿qué haces tú cuando te sientes atascada por algo que dejaste pendiente? Te leo en los comentarios.
La entrada ¿Merece la pena empezar algo nuevo si has dejado algo a medias? se publicó primero en Coach de la Profesional.
Hay una pregunta que es imprescindible responder y que puede mantener bloqueada mucho tiempo. Me la hacía hace poco una suscriptora:
Aida, no sé distinguir entre la constancia y cuando algo no funciona.
¿Cómo sabes si tienes que perseverar y no rendirte, como se suele decir, o si ha llegado el momento de parar? Te lo cuento hoy…
>> Escucha el audio aquí –> Mega post: Si no me funciona, ¿cuándo paro?
La distinción entre cuándo es momento de parar porque algo no está funcionando y cuándo es necesario seguir siendo constante puede ser difícil de identificar.
Ya he escrito varios posts sobre el tema (y este, este y este), pero hoy quiero añadir algo más.
Bastante más, en realidad.
Algo interesante que quizá no sepas es que, como normal general, solemos parar cuando ya es un poco tarde y hemos aguantado más de lo que queríamos.
Es decir, que es raro que abandonemos antes de tiempo, por si te preocupa y estás pensando ahora mismo «a ver si lo dejo y justo estaba a punto de funcionar«.
Suele suceder lo contrario.
Tardamos más de lo necesario, muchas veces debido al famoso sesgo del coste hundido. Cuanto más inviertes en algo (tiempo, dinero, ilusión, energía, etc) más te cuesta dejarlo.
Y sigues inviertiendo y cada vez te cuesta más, conviertiendose en un círculo vicioso.
No sé quien decía que es como cuando te pasas tu parada de tranvía o autobús, cuanto más te alejes más te costará volver.
Entonces, ¿qué puedes tener en cuenta?
Lo recomendable es hacerlo incluso antes de empezar tu proyecto, porque no se puede seguir indefinidamente en un limbo; pero si ya estás en marcha, pregúntate esto:
¿Qué necesitas que pase para darte cuenta de que se acabó?
Es una pregunta que puede ser dolorosa responder, date tiempo y se honesta contigo misma.
Esto es muy personal, no te dejes llevar por los de otras personas. Necesito que esto pase un máximo de x veces, necesito esto o aquello.
No hace falta que lo hagas para todo pero sí en esas situaciones en las que no tienes claro si seguir insistiendo o ya no.
Son límites que te pones a ti misma, hasta qué punto estás dispuesta a esperar, que no ponga en peligro tu felicidad, salud mental, recursos, etc. Es importante que lo consideres.
¿Qué tendría que pasar para que no dudes más?
¿Estás viendo alguna mejora, por pequeña que sea? Si ves que hay avances quizá puedas seguir un poco más pero si no hay ningún progreso, a pesar de haber intentado diferentes estrategias durante un tiempo considerable, tal vez sea momento de reconsiderar tus opciones.
Si seguir adelante te está drenando en lugar de motivarte, podrías necesitar un cambio de dirección. Eso sí, ten en cuenta si proviene de ese tema o si estás cansada o estresada por otras razones, pero no dejes de lado la parte emocional, es muy importante también. Hablaré de ello más adelante.
A veces lo que no funciona no es el esfuerzo que estás haciendo, sino el objetivo en sí. ¿Sigues queriendo lo mismo? Si lo que estás buscando ya no resuena contigo, parar puede ser la mejor opción.
Si por el contrario, el objetivo sigue siendo importante para ti, quizá el problema esté en la estrategia que usas para alcanzarlo.
Cuando estás demasiado inmersa en una situación, es fácil dejar de ver con objetividad y claridad si es momento de seguir o de hacer un cambio.
Una perspectiva externa de alguien experto en quien confíes puede abrirte nuevas opciones.
Eso sí, elige MUY bien con quien hablas.
¿Abandonar es una tendencia en tu vida? Si tiendes a abandonar proyectos cuando las cosas se complican, tal vez te estés autosaboteando.
Puede que tengas miedo al fracaso o la creencia de que no estás a la altura. Si es así, quizá necesites trabajar en tu constancia y resistencia.
Y al contrario… La otra cara de la moneda.
Si tiendes a ser tan constante y «responsable» que lo sigues intentando todo porque tú no te rindes y siempre consigues lo que quieres, quizá te cueste saber cuándo es momento de parar.
Si te empeñas en un camino sin salida puedes acabar agotada y frustrada. En ese caso, ser flexible, detenerte y evaluar conscientemente tu progreso y resultados pueden ayudarte a decidir si necesitas ajustar tu rumbo o replantear tu estrategia.
– Define un tiempo para evaluar de nuevo. Si no estás segura, puedes darte un plazo definido (ej. 3 meses más) en el que te comprometas a seguir y probar diferentes enfoques. Al final de ese plazo vuelve a evaluar cómo te sientes y si ha habido progreso.
– Usa la técnica de «pre-mortem»de Annie Duke. Imagina que dentro de un año miras hacia atrás y te das cuenta de que todo ha fallado. Luego, pregúntate qué salió mal.
Identificar las razones por las que podría fallar te ayudará a ver si hay problemas que puedes corregir o si la situación realmente no tiene salida.
– Prueba el método de los «Tres Hitos». Establece tres hitos específicos que te gustaría alcanzar en el proyecto en cuestión. Si no puedes alcanzar al menos uno de esos hitos en un tiempo razonable, considera que puede ser momento de evaluar otras opciones.
– La «Prueba de 30 Días». Comprométete a hacer un esfuerzo adicional durante 30 días. Si después de ese tiempo aún no ves resultados o sientes que no es lo que deseas, puedes considerar detenerte.
Y algo interesante, si ves que no consigues los hitos que te habías marcado o que pasa el tiempo y sigues sin tener sin resultados y tú sigues aferrada como una lapa… Es hora de preguntarte qué pasa, a qué te estás aferrando.
– Cierra los ojos e imagina cómo sería tu vida si decidieses seguir adelante y cómo sería si decidieses parar. Visualiza no solo los resultados, sino también el proceso diario. A veces, imaginar el camino en lugar de solo el resultado puede darte más claridad sobre qué opción te llenaría más.
– Aplica la regla del 10/10/10. Pregúntate cómo te sentirías dentro de 10 días, 10 meses y 10 años. Eso te ayudará a valorar las consecuencias a corto, medio y largo plazo. ¿Con qué opción te ves más satisfecha?
Puede que simplemente estés agotada o desmotivada. Date un tiempo, haz una pausa para recuperar la energía y ver las cosas con más claridad. A menudo una perspectiva renovada ayuda a ver soluciones donde antes no las veías.
Antes de decidir parar por completo, experimenta con cambiar una variable en lugar de abandonar. Por ejemplo, si estás trabajando en un proyecto pero te sientes estancada, cambia la estrategia, el horario o el enfoque. A veces pequeños ajustes pueden ser la solución que buscabas.
Haz dos listas: una con los beneficios emocionales que sentirías al seguir siendo constante y otra con los costos emocionales.
A veces nos enfocamos demasiado en los resultados tangibles y olvidamos cómo nos afectan emocionalmente las decisiones. ¿Cómo te sentirás mejor, más realizada, si lo sigues intentando o si paras ya y cambias?
Por último, al menos por ahora ; )
Si decides parar o cambiar de rumbo, no lo veas como un fracaso.
Muchas veces, parar es una decisión sabia y valiente.
El autoconocimiento es clave, y aprender a escuchar tus verdaderas necesidades también es un signo de éxito. Tenemos que tener más compasión y cariño por nosotras mismas y dejar de fustigarnos por cualquier cambio de dirección.
Ser constante es importante, pero ser inflexible puede llevarte a seguir un camino que realmente no te aporta nada. La constancia debe ir acompañada de adaptabilidad y capacidad de aprender de lo que no funciona.
¿Por cuál vas a empezar? Cuéntamelo en los comentarios, me encantará saberlo.
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La entrada Mega post: Si no me funciona, ¿cuándo paro? se publicó primero en Coach de la Profesional.
El otro día (ya sabes que eso puede decir tanto la semana pasada como hace tres meses jaja)…
En una membresía de educación financiera a la que pertenezco comentaron algo que me pareció interesante e importante.
Y que, por supuesto, aplico y extrapolo a los temas que trato aquí: la reinvención profesional.
Mira, esta es mi versión:
> Escucha el audio aquí –> Cinco Factores Que Determinan Tus Resultados (No Puede Fallar Ninguno).
Si te fallan las creencias, te autoboicotearás.
Si te falla el propósito u objetivo de vida, andarás errante.
Si te falla la ejecución, vivirás en el mundo de las ideas, en tu cabeza todo el día.
Si te falla la disciplina, serás una estrella fugaz, caerás pronto.
Añado yo: si te falla el conocimiento perderás el tiempo.
5 factores.
Creencias, propósito, ejecución, disciplina y conocimiento.
¿Cuál es tu punto fuerte?
¿En cuál tienes que centrarte más ahora?
Un enfoque completo lo tienes en mi programa para profesionales estancadas: trabajamos tus creencias, tus objetivos personales y profesionales, cómo pasar a la acción y ser persistente ante obstáculos, dudas e inseguridades.
Como el aceite 3-en-1 pero 5-en-1, jajaja.
Puedes apuntarte aquí y trabajar las cinco áreas a la vez.
Resultados: Claridad, foco, acción, disciplina –> resultados.
P.D. A mi me gusta tenerlo presente para en momentos de dudas decirme, ¿en cuál no estoy trabajando, cuál de estas está fallando ahora mismo? Y arreglarlo.
La entrada Cinco Factores Que Determinan Tus Resultados (No Puede Fallar Ninguno). se publicó primero en Coach de la Profesional.
Hoy he llegado a una conclusión OBVIA pero que pasamos por alto el 90% de las veces.
Verás, últimamente he cambiado algunos hábitos en mi vida. Y no me gusta.
Así que voy diciéndome a mí misma y a quien me quisiera oír (jajaja) que prefería el estilo de vida que llevaba antes mucho más que el de ahora.
Quejándome, vamos.
De algo que está en mi mano cambiar.
Sin embargo…
> Escucha el audio aquí –>Elige lo que quieres, no lo que no quieres
Sigo haciendo lo que se supone que me gusta menos y es peor para mi salud. Y quejándome, claro.
Hasta que hoy, paseando rápido (algo que me encanta hacer porque me despeja, me ayuda a organizar los pensamientos y se me ocurren muchas ideas), me he dado cuenta de una cosa.
A mí me gusta mucho caminar y es lo que suelo hacer habitualmente, pero últimamente estoy utilizando más otros medios de transporte.
Y he pensado: Tengo que ir a este sitio, voy a coger el autobús y así tardo menos.
Y entonces me he dicho: Vamos a ver, ¿tú no decías que preferías tu estilo de vida de antes? Pues en vez de coger el autobús ve andando.
Algo que es tan sencillo, no lo estaba haciendo.
Solamente me quejaba. Esto no me gusta… Pero voy y sigo haciéndolo igual.
Y ya no «algo» sino ese algo que quieres hacer, no otra cosa.
No vale de nada que yo me queje de que ya no camino lo mismo, que ya no hago tal o cual si cuando me surge la oportunidad elijo no caminar.
No vale de nada que digas que quieres hacer algo o que, como yo, te quejes de que no te gusta y cuando llegue el momento elijas no hacerlo o seguir haciendo lo que dices que no quieres.
Como yo estos días (ya ves que aquí no se salva nadie).
Es fácil quejarse, es fácil acomodarse a algo que te cuesta menos esfuerzo que lo que quieres o a lo que, aunque no te cueste menos esfuerzo, ya te has acostumbrado.
Pero muchas veces en la vida tienes que ser coherente entre lo que dices que quieres y lo que haces para conseguirlo.
Si quieres algo tienes que hacerlo.
Piénsalo y haz como yo, elige andar. Y no hablo sólo de andar, ya me entiendes.
Elige lo que quieres, no lo que no quieres.
¿En qué te está pasando a ti? ¿Qué estás eligiendo?
Cuántamelo en los comentarios y suscríbete para acceder a mis recomendaciones y reflexiones diarias y a precios especiales para suscriptores en mis cursos.
La entrada Elige lo que quieres, no lo que no quieres. se publicó primero en Coach de la Profesional.
Hoy contesto a una suscriptora (si quieres preguntarme algo, suscríbete aquí) que me decía:
Ahora mismo me gustaría resolver o que hablaras y nos dieras unos pequeños consejos sobre cómo tener motivación y no estancarse en lo personal.. el no callarse los problemas que te pasan y que te consuman. Me sería de mucha ayuda. Muchas gracias. Un saludo.
Yo te voy a hablar del tema profesional que es mi especialidad pero seguro que lo puedes aplicar al personal también.
Escucha el podcast aquí >>Cómo tener motivación y no estancarte
El principal problema sobre el tema de la motivación es pensar que hasta que no estés motivada y entusiasmada por algo no puedes hacer nada.
Lo que hace que quizá estés estancada esperando a que llegue…
Es como como la inspiración, que como decía Picasso (o se le atribuye a él) mejor que te encuentre trabajando. Es más facil que llegue cuando ya estás inmerso en el proceso.
Puede aparecer antes, pero no siempre.
Igual pasa con la motivación.
Puede aparecer cuando algo te ilusiona y te apetece mucho, pero no siempre sucede así.
Muchas veces la motivación surge cuando empiezas a moverte, ves que las cosas avanzan, hay resultados, te ilusionas y eso te motiva.
O cuando empiezas a profundizar en algo y tienes curiosidad e interés.
En mi opinión la motivación está my relacionada con esos dos ingredientes:
Interés e ilusion.
Ilusión por el tema, por las posibilidades, por lo que te estás atreviendo a hacer, porque ves avances, porque es novedoso.
Por tanto, si buscas motivarte empieza a hacer algo.
Así evitarás estancarte, porque es muy fácil entrar en el bucle de: nada me interesa ni me motiva, no hago nada, me siento estancada.
Necesitas moverte, empezar algo, así saldrás del estancamiento y recobrarás la motivación.
Acostúmbrate a hacer aunque no tengas motivación. Si esperas a hacer cosas solo cuando estés motivado estarás esperando gran parte de tu vida.
Mucho más importante que la motivación es el compromiso, la constancia y sobre todo la acción.
Aprender a moverte, a probar es lo que te ayudará a salir del estancamiento.
Suena fácil, pero ¿qué suele pasar?
Lo que suele pasar es que quieres estar segura de que algo va a funcionar o te va a apasionar para animarte a probar, por eso esperas a estar motivada.
Pero eso normalmente no lo podemos saber. Sabrás si te apasiona cuando lo pruebes y le dediques tiempo.
Sabrás si funciona cuando lo hagas, no antes.
Así que lo mejor que puedes hacer, la mejor actitud que puedes tener es la de probar sin esperar a estar motivada.
Así saldrás del estancamiento, descubrirás muchas cosas sobre ti misma y tus preferencias.
Si quieres ayuda, mi curso te indicará cómo saber que quieres, que probar, por dónde empezar.
Aquí tienes algunas citas para inspirarte y motivarte ; )
«No te preocupes por la inspiración. Te llegará mientras trabajas.»– Chuck Close
«La motivación es como el fuego: si no la alimentas, se apaga.»– Zig Ziglar
«La gente dice que la motivación no dura para siempre. Bueno, tampoco lo hace el baño, por eso se recomienda diariamente.»– Zig Ziglar
«El verdadero secreto para encontrar la motivación es fijarse pequeños objetivos que te entusiasmen, pero que no te abrumen.»– John C. Maxwell
«No necesitas ver la escalera completa, solo da el primer paso.»– Martin Luther King Jr.
Otros artículos que pueden ayudarte:
¿Catedral o piedras? Cómo mejorar tu motivación y sentirte realizada.
Cómo recuperar la motivación cuando las cosas van mal
Si quieres hacerme tu pregunta, suscríbete aquí abajo y me cuentas.
Un abrazo.
La entrada Cómo tener motivación y no estancarte. se publicó primero en Coach de la Profesional.
Me decía una clienta en una sesión (todo esto lo cuento con su permiso, claro):
Me cuesta pasar a la acción en el aspecto profesional. Tengo muchas cosas en mente pero no las arranco.
Tras profundizar un poco llegamos a la conclusión de que probaba distintas técnicas y no le funcionaban.
Ya he hablado otras veces de cuando pruebas algo, no funciona y empiezas a creer que el problema eres tú…
Eso le pasaba también a otra clienta de esta semana, que pensaba que porque el resultado de una decisión no era el esperado, el problema estaba en ella.
Tú no.
Y eso es lo que necesitas cambiar.
¿Qué hicimos?
Primero le di una sugerencias para poder vencer el estado de apatía inicial que tenemos cuando nos cuesta empezar algo.
Y después compartí con ella cómo trabajo y me organizo yo, con mis mil cosas y pasando completamente de lo que recomiendan los libros de productividad.
Porque lo he probado todo y me he dado cuenta de que por mi forma de ser y mi vida necesito algo distinto y totalmente personalizado.
Que va en contra de lo que dicen los libros de gestión de tiempo pero yo soy feliz porque soy eficiente, logro mis objetivos y me siento yo misma.
Eso le hizo darse cuenta de que ella también necesitaba hacer las cosas de otra manera y creamos su plan de acción.
Es importantísimo que lo que hagas y CÓMO lo hagas se corresponda con tu personalidad y valores.Así que deja de luchar con consejos, recomendaciones y trucos que pueden (o no) ser buenos pero que que a ti no te sirven.
Y, sobre todo, deja de dudar de ti misma.
Tú no eres tus resultados, ni tus elecciones, ni tus técnicas.
Si quieres trabajar conmigo para crear un plan personalizado para ti o para ayudarte a descubrir qué te está parando o a tomar esa decisión que te mantienen en ascuas, contacta conmigo y hablamos.
La entrada Cuando no funciona nada de lo que pruebas y no avanzas. se publicó primero en Coach de la Profesional.
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