DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C La razón fundamental de la compasión cristiana es porque hay una presencia de Dios en la otra persona.

FIESTA DE LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO Nos unimos a Jesucristo orante pidiendo por el Papa para que permanezca en absoluta fidelidad a la verdad y a la caridad.

Permitir que el pecador triunfe es una forma de odiarlo. Por ello, es licito suplicar al Señor por el fracaso de los malos, ya que puede ser una oportunidad para su conversión.

Lo que dice la Biblia y la Tradición sobre la diversidad: que su límite es el pecado y que Jesús nos recibe con nuestros pecados para guiarnos hacia la conversión, la virtud y la santidad.

Podemos ver el arca del diluvio universal como la Iglesia que recibe, acoge y protege; como una semilla de esperanza de una nueva creación y como la cruz a la cual nos debemos aferrar en medio del naufragio.

Tres aspectos sobre el pecado: no se detiene por sí solo, se debe frenar con el auxilio de la gracia; crea costumbre, normaliza y nos blinda frente al llamado de Dios; trae y produce muerte.

Obrar el bien nos conecta con Dios y nos da vida, mientras que el pecado nos lleva a la muerte interior. Aunque el pecado acecha no hay que negociar con él, siempre tendremos espacio de libertad en nuestra voluntad para resistirlo.

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C Las bienaventuranzas enseñan que quien tiene dificultades y decepciones va en el camino correcto para descubrir el poder y el amor de Dios.

Estamos llamados a ser abundantes incluso en la escasez, solo lo lograremos si nos abrimos a Dios Nuestro Padre, Él es nuestra verdadera fuente de abundancia.

Solamente Aquel que te hizo sabe lo que está roto en ti. Tal vez en la profundidad de tu ser, más allá de lo que alcanzan tus ojos hay algo que está fracturado y solo Dios puede sanarlo.

MEMORIA DEL BEATO JORDÁN DE SAJONIA, PATRONO DE LAS VOCACIONES DOMINICANAS La mejor manera de extinguir el poder de la mentira es encender el esplendor de la verdad. La mejor manera de destruir el encanto por el pecado es traer la fascinación por la santidad.