Si estás aquí es porque buscas vivir la vida según tus condiciones y quieres mayor libertad.
Una de las mejores formas que existen, hoy en día, para poder alcanzar esta libertad, es montar tu propio negocio digital.
Pero en la mayoría de ocasiones, un@ no sabe por dónde empezar.

Y no sólo por no tener los conocimientos adecuados, sino que los miedos suelen causar la famosa parálisis por análisis. Demasiada información para analizar acaba provocando un bloqueo.

Es una transformación en el comportamiento de las personas, en la forma de comunicarnos, en la forma de aprender, en la forma de vivir. Es una transición vital. Ha habido muy pocas a lo largo de la historia de la humanidad. Y esto provocará cambios en lo social, en lo productivo y en todos los ámbitos de la sociedad. Es una Revolución. Me refiero al “Nuevo Paradigma Digital”.

Conoces a esas personas que no paran de hablar. Retuercen las palabras haciendo filigranas con ellas. Usan mil adjetivos para demostrar su vocabulario. Y utilizan sin parar el yo, yo, yo, … Vale, pues esto es justo lo que NO tienes que hacer. La vieja escuela está muerta.

En los últimos años estamos siendo testigos, cómo algunas marcas se han convertido en auténticas religiones. Tiendas convertidas en catedrales. Colas interminables para poder ver los objetos sagrados. Empleados súper amables que dan respuesta a todas tus dudas y necesidades. Personas subidas a púlpitos predicando las bondades de la marca. Etcétera. Etcétera.

En un panorama tan competitivo como el actual, es necesario destacar los beneficios que nuestra marca aporta a los consumidores. Para poder hacerlo, asociamos nuestra marca con ciertos valores y atributos. Si queremos conectar con nuestro público es imprescindible que seamos coherentes. Lo que transmitimos y comunicamos debe ser acorde con nuestra personalidad. Es decir, que los valores y atributos que asociamos a nuestra marca deben estar alineados con nuestra personalidad. Y es de esta forma, como comienza a construirse el posicionamiento de nuestra marca.

Si te dieran a elegir, ¿con qué te quedarías? ¿con la marca Apple o con sus fábricas, almacenes, tiendas y dispositivos? Yo, sin duda alguna me quedaría con la marca, a pesar de que los dispositivos de Apple tienen un valor de miles de millones de euros. Este tipo de marcas poderosas, tienen un valor muy por encima de lo que producen. Han calado de tal forma en la mente de los consumidores que podríamos decir que son casi como nuevas religiones. Pero para poder llegar a estos niveles primero es imprescindible tener una buena y clara hoja de ruta, una estrategia de marca sólida.

Tenemos que entender que el mercado ha cambiado en los últimos años. Y con él, la relación y comportamiento que los consumidores tenemos con las marcas. Es por esta razón, que es tan importante conocer y definir qué factores desencadenan que una persona compre nuestra solución.

Emprender es, sin duda, un acto de fe. Pero como no solo podemos confiar en la fe para alcanzar el éxito de nuestra marca digital, es clave que tengamos un buen plan siempre a mano.

Por definición un unicornio es una fabulosa criatura mitológica. Pero en el mundo del emprendimiento tiene una connotación algo diferente. Un unicorcio es una marca digital valorada en más de mil millones de dólares en su etapa inicial. Algunos ejemplos de unicornios en los últimos años han sido: Facebook, Twitter, Linkedin, Snapchat, Dropbox, Uber, Airbnb, Revolut, …

“Justo detrás de tus miedos se esconden tus sueños” >.
La realidad es que tienes miedo. Y ese miedo no te permite alcanzar tu sueño. De manera, que luchas contra tus miedos o simplemente tienes que cambiar de sueños. No te queda otra.

A la hora de comenzar a diseñar tu campaña de email marketing, olvídate de ser el centro del universo. El yoismo tienes que dejarlo a un lado. Hablar sin parar de ti, no suele aportar ningún valor al que recibe tus mensajes. Debes involucrarlo ofreciéndole soluciones reales a sus problemas. No a los tuyos.